GOYA. Una niña los considera sus amigos y antes de cada Navidad se despierta temprano para esperar a los recolectores de residuos y entregarles una bolsa navideña, dice, acto que desde hace años emociona a la comunidad con su espíritu solidario.
Ella es Melanie Espíndola, tiene 8 años y hace un tiempo que creó un vínculo muy especial con quienes considera sus amigos, esos trabajadores que se ocupan de limpiar la ciudad, nada menos y nada más.
La pequeña cuando llega la época festiva comienza a preparar «las bolsitas» con sidra, pan dulce, garrapiñadas, jugo y turrón, que rebosa de amor, para poder regalárselas a los recolectores.
«Cuando vivíamos en la casa de mi mamá ella los esperaba en la reja y cuando los veía venir les gritaba ‘¡Amiguitos, amiguitos!’ Después nos mudamos, y justo el recorrido de ellos coincidía también con ese lugar; así que cuando se vieron se pusieron todos muy contentos», comentó a Radio LT 7 de la ciudad de Corrientes la madre de Melanie, Laura.
El gesto de la nena conmueve a las personas de buena voluntad, a la gente buena y de corazón noble, como el mensaje de Jesús en Belén, y lo único que espera es que todos logren imitar y contagiar su espíritu solidario y amistad universal.
EL LIBERTADOR, con orgullo y beneplácito reproduce la información en esta fecha tan trascendental, la de Nochebuena.
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