Cesar Daniel Acevedo, acusado del femicidio de su expareja, Alba Ricotti (42), cumplirá al menos 180 días de prisión preventiva en una cárcel común mientras avanza en proceso judicial en su contra. Mientras tanto, la familia de la víctima reclama justicia y su hermana, Teresita, contó detalles de los días previos al brutal crimen.
La prisión preventiva fue dispuesta por la jueza de garantías Graciela Ferreyra y la medida que será cumplida en la Unidad Penal N°6, ubicada en la localidad de San Cayetano.
Acevedo fue imputado por la fiscal de Investigaciones Concretas, Lucrecia Troia Quirch, por el delito de “Femicidio” por el hecho ocurrido el 26 de enero en el barrio Serantes, cuando el hombre habría rociado con alcohol Alba para luego prenderla fuego, ocasionándole quemaduras del 80 por ciento del cuerpo, que le causaron la muerte.
La defensora oficial del acusado pidió que sea beneficiado con prisión domiciliaria, pero la jueza le negó ese beneficio entendiendo que hay riesgo de fuga debido a la pena en expectativa de prisión perpetua que tiene el delito por el que se lo acusa .
La decisión de la magistrada se dio durante una audiencia realizada en la Oficina Judicial (Ofiju) ubicada en la ciudad de Corrientes, donde se pudo ver a Acevedo con las manos vendadas debido a las quemaduras que él también sufrió durante el ataque. Debido a esas lesiones, la jueza recomendó que reciba tratamiento y curaciones en el hospital Escuela.
ESTREMECEDOR RELATO
En este contexto, Teresita Ricotti habló con EL LIBERTADOR tras conocer la prisión preventiva para el presunto asesino, quien fue pareja de su hermana durante 14 años. “Que se haga justicia. ¿Por qué tenemos que llegar a esto si podemos ayudar? Mi hermana quizás quiso pedir ayuda, pero no puedo porque se sentía amenazada todo el tiempo”, inició.
“Todo el tiempo se sentía amenaza, porque escribía un mensaje de WhatsApp en tal horario o porque quería publicar algo y no podía. Todo el tiempo era amenazada por el asesino. Sé que va a haber justicia, porque sé que los jueces van apoyar, porque el maltrato a la mujer es algo muy grave”, dijo Teresita.
Luego, continuó relatando las situaciones de maltrato que sufría su hermana por parte de Acevedo. “Alba nunca hizo nada por miedo, el miedo siempre tuvo encerrada, limitada a pedir ayuda. Ella era una persona muy alegre, y en el último tiempo yo la veía con una mirada triste, sin ganas de compartir las cosas. Siempre se limitaba a hablar, pero en los últimos meses y en la semana anterior, que fue la tragedia, me dijo: ‘Mirá hermana, estoy cansada. No puedo perdonar lo que me hizo. Tomé la decisión de terminar esta relación tóxica’. Ella llegó a convencerse de que era una relación enfermiza. “Quería dar un punto final a la relación y empezar un nuevo proyecto de vida con su hija (de 12 años, que tiene como padre a Acevedo)”.
Además, Teresita agregó: “La violencia física venía de vieja data. Siempre hablaba por teléfono con ella y me decía: ‘Estoy con un poco de dolor de pierna porque me dio una patada’ o ‘estoy con un poco de dolor de pecho porque me pegó’”.
En este contexto, también relató una situación violenta que vivió Teresita días antes de ser asesinada y pidió que se presente como testigo la persona que la ayudó a subir a un remis para escapar. “El martes pasado, dos días antes del femicidio, al salir de su guardia (era técnica de laboratorio en el hospital Pediátrico) el asesino la esperó a la salida, con el objetivo de convencerla nuevamente y, en un momento en el que estaban dialogando en el auto, él la llevaba a su casa, sacó un cuchillo y le quiso pegar una puñalada en la pierna. Ella le quita el cuchillo, apaga el auto y se tiró del vehículo”, detalló.
Sobre el presunto desencadenante del femicidio, mencionó: “El día jueves, cuando finalmente ella decidió darle punto final a la relación, le transmitió al femicida su decisión y él comete el hecho”.
Refiriéndose al ataque y a los días posteriores, comentó: “Mi hermana fue rociada con alcohol etílico y prendida fuego. Ella entró a la guardia del hospital y de ahí a terapia, donde las probabilidades de vida eran 0. Entró el día jueves, el viernes estuvo en estado crítico, el sábado mostró una pequeña mejoría y decayó a la siesta, cuando le dieron dos paros. El domingo fue su desenlace”.
También Teresita expuso la actitud que tuvo Acevedo después del hecho. “Él le alzó en el auto, la dejó en el hospital y se fue. Qué coincidencia que se perdió el teléfono celular de él y el de mi hermana. Pido por favor que me ayuden, porque queremos justicia. Después llegó a las 3 de la mañana al hospital Escuela, como si nada, con una botella de agua y me dijo ‘mirá, me quemé’ En ese momento llegó la Policía, como cinco patrulleros y lo agarraron. Desde el momento del hecho a él ya lo buscaba la Policía”, contó.
Para finalizar, relató cómo fue la audiencia judicial en la que se determinó la prisión preventiva del acusado. “Él siguió haciéndose la víctima, mintiendo, acusando a mi hermana y caracterizándola con calificativos que no corresponden y eso me hace más fuerte, porque sé la clase de persona que es, lo demostró ante un juzgado. La determinación que dieron ayer de los 180 días me dio un poco de alivio, porque sé que es un comienzo que va a tener un final justo”, destacó.
“Espero que no lo liberen, porque aparte de ser un femicida, tengo miedo que atente contra la integridad de mi familia. Tiene muchos contactos, y eso me da miedo. A mi hermana no la recupero más, pero tengo miedo por los que quedamos y seguiremos luchando”, concluyó.