Hoy se conocieron nuevos detalles sobre el insólito episodio que el fin de semana sacudió a la localidad de la costa del río Corriente: el pleito entre vecinos de la comunidad gitana que derivó en el derrumbe de una vivienda con una maquina municipal, que dejó escombros, chapas y los muebles destrozados, desparramados en la propiedad.
Se habría tratado de una venganza por una infidelidad. Todo habría empezado cuando un hombre de la comunidad gitana comenzó una aventura con una vecina y se fugó con ella. Sin embargo, esto no fue bien visto por los hijos de la mujer.
Los hijos fueron a reclamarle a la vecina, quien sería la esposa del fugado, por «robarse a su madre». Ella, por miedo a represalias, decidió irse de la ciudad y buscar refugio en la provincia de Santa Fe.
Las amenazas se volvieron hechos cuando uno de los hijos contrató a un maquinista de la Municipalidad que realizaba trabajos en la zona. Según se supo, le pagó una elevada suma de dólares para que derrumbe la casa de quien «se robó a su madre».
Al enterarse esto, la mujer del «fugado» inició acciones legales desde Santa Fe, pero con el correr de las horas y por motivos que se desconocen, habría retirado las denuncias.
En tanto que seguiría firme la decisión de la mujer damnificada de demandar a la Municipalidad por los daños que se le causara el derrumbe de su vivienda. «Hubo mucho enojo con la Municipalidad porque los vecinos dicen `si quiero que arreglen la calle no está la máquina`, pero para esto sí», comentó un periodista esquinense en diálogo radial.