El candidato a concejal capitalino por el partido Demócrata Cristiano, Julio Maciel dialogó con EL LIBERTADOR y se explayó en torno a la campaña que realiza, nucleado en la alianza Unidad Correntina Lista 239, una colectora del Frente de Todos y que reúne a diferentes vertientes del mundo del trabajo.
Fundador del Foro de Organizaciones Vecinales, Maciel mantiene una actividad incesante durante todo el año, reuniéndose con gente de los barrios, atendiendo diferentes demandas y gestionando posibles soluciones.
Como militante de años y candidato ¿qué observás de igual en esta campaña?
-Hay cosas que nuncan cambian, lamentablemente. Es un año electoral y quienes se olvidaron todo el año de los vecinos, hoy vuelven a golpear sus puertas. Quienes aprietan y ajustan a los vecinos, regresan a los barrios para renovar cargos o colocar en las bancas a algún «levantamanos». Considero que como sociedad tenemos la responsabilidad de no volver a cometer los mismos errores. Podemos equivocarnos sí, pero no 25 años con el mismo conservadurismo que nos envuelve con propaganda de la correntinidad, para después castigarnos con ajustes impagables.
¿Qué diferencia a Unidad Correntina de otras expresiones electorales?
-Como representante de la Democracia Cristiana, apuntamos siempre a mantener una coherencia. Denunciamos y proponemos soluciones a temas como el transporte público, la prestación de servicios públicos deficientes, la problemática de la vivienda y la pésima gestión de la urbanización, que se rebela cada vez que llueve en la ciudad. A este frente lo integran además los partidos Kolina, Instrumento Electoral para la Unidad Popular y Nuestra Causa. Queremos romper la polarización en el recinto deliberante y poner fin a este eterno «toma y daka» que tenemos en Capital. Todos los meses somos testigos del drama de los sin techo. Existe una realidad que no se puede negar y es el negocio que se esconde en las tierras que son protegidas y muy bien custodiadas por el Estado provincial y municipal, que luego son entregadas en oscuros acuerdos con empresarios, políticos, jueces, todos ligados al poder de turno, en una provincia donde cada vez más familias no cuentan con un techo propio.
A LOS BIFES
¿Qué iniciativas tienen en carpeta en caso de llegar al Concejo?
-Entre los proyectos de ordenanza que tenemos propuestos están la revisión de los pliegos del transporte público de pasajeros. Exigir el cumplimiento de las frecuencias y de las sanciones y multas a los empresarios que dejan sin servicios a los usuarios. También proponemos dejar sin efecto los aumentos en el costo del boleto contra los usuarios, creando un impuesto a las cadenas y empresas monopólicas. En este sentido, también exigimos el urgente cumplimiento de los refugios en las paradas. También proponemos planificación de proyectos de mejoras barriales con las organizaciones vecinales, sociales y políticas de cada barrio para una mejor calidad de vida. En este sentido, pediremos informe y solicitaremos se cumpla con la ordenanza de creación de comisiones vecinales por barrios. Exigiremos la recuperación de los salones de usos múltiples, convertidos en delegaciones para usos vecinales. Tenemos proyectos de urbanización barrial de los asentamientos y villas con la apertura de redes cloacales, luz y agua, solicitando al Ejecutivo municipal que exija al Gobierno provincial el cumplimiento de la ley de Renabap. Reiteramos la reglamentación del Banco de Tierras y proponemos la suspensión de los desalojos contra las familias vulnerables. Hacer cumplir las leyes vigentes y los derechos humanos para tener una vivienda digna.
Siempre das a entender que en la Capital hay una casta socioeconómica.
-Totalmente. La ciudad de Corrientes tiene ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. El Municipio tiene políticas muy evidentes para los diferentes sectores sociales. Les da impunidad para tomar el espacio público a los amigos del poder y hacen negocios con familiares y allegados, mientras el resto de la ciudadanía tiene que mirar y callarse, o amontonarse en domicilios donde viven abuelos, hijos y nietos, porque no pueden tener casa propia. El hacinamiento nunca puede ser la respuesta que dé un gobierno serio.
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