El rugby es uno de deportes que fue ganando espacio con el trabajo de las chicas, en este nuevo milenio, mezcla de la fuerza de los movimientos femeninos y también de las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI) para regresar a los Juegos Olímpicos. Así las mujeres empezaron a encontrar lugar y aceptación en un juego que durante más de un siglo lo disputaron únicamente los hombres.
El rugby femenino en el país es cada vez más popular, y ahora tiene una segunda chance de meterse en la cita olímpica. En el plano internacional, las mujeres tienen por delante dos acontecimientos de gran visibilidad: los Juegos de Tokio en agosto próximo y la Copa del Mundo en Nueva Zelanda (que debía realizarse este año y se postergó para 2022 a raíz de la pandemia).
El Seleccionado argentino, aún con escaso rodaje en el alto nivel, está entrenándose para el Preolímpico que se desarrollará en Mónaco el 19 y 20 de junio. Participarán 12 países y sólo habrá boleto para dos.
El estado en el que se encuentra el rugby femenino en la Argentina, en la última década, dejó un crecimiento sostenido de jugadoras. Ahora hay 6.000 jugadoras fichadas en la UAR. También hubo desarrollo e inversión en las estructuras de formación y dirigencia. Aunque ya esté instalado, es un camino largo y sinuoso el que deberá recorrer.
La correntina Letizia Alcaraz es una de las pioneras del plantel argentino, integró el Seleccionado por más de 10 años y hoy es la manager del combinado nacional, volcando toda su experiencia.
Casi todas las mujeres que están involucradas en el rugby argentino no lo jugaron desde chicas. Muchas tampoco vienen de familias de rugbiers ni pertenecieron a clubes de rugby. Han entrado en los finales de la adolescencia y, en numerosos casos, viniendo de otros deportes. Se insertaron, con pasión y coraje, en un mundo desconocido para ellas. Abrieron las puertas, pero lo que está en construcción reciente es el necesario recorrido de abajo hacia arriba: insertar el rugby en las infantiles.
Hoy hay muchas chicas que refereean en el más alto nivel, en Chaco y Corrientes, como en la región hay chicas que se sumaron y además de tener roce nacional, juegan en sus clubes y en la región.
Ya se empezó a generar el hábito de mezclar a chicas y chicos en entrenamientos y partidos. Es también una forma de combatir la discriminación, de acentuar el respeto, pero para las mujeres significa además un paso esencial para ir formando su cultura rugbística. Será de a pasitos, ya que al menos en la Argentina en varios clubes existe una especie de ley no escrita: el hombre va al rugby y la mujer, al hockey. Llevará tiempo romper esa lógica.
Si bien el femenino tiene algunos más años de historia y de competencia en los países anglosajones poderosos en el rugby, está muy lejos de los privilegios de los hombres. El último fin de semana se jugó por primera vez el Súper Rugby femenino en Nueva Zelanda con el partido entre Chiefs y Blues. Chelsea Alley, la mejor jugadora de 2020, se mostró feliz con el hecho histórico, pero remarcó que al otro día tuvo que ir a sus tres trabajos para poder mantenerse. Un jugador del Súper Rugby cobra un promedio de 130.000 dólares al año. Una mujer, nada.
CAMINO A TOKIO
El Seleccionado femenino argentino de rugby seven se enfrentará a Rusia, Samoa y México en el repechaje para Tokio 2021 que se celebrará en Mónaco el 19 y 20 de junio. La World Rugby Sevens confirmó la integración de los grupos para los repechajes femenino y masculino que se llevarán a cabo en el estadio Louis II de Montecarlo, tras el sorteo realizado.
En la competencia femenina participarán 12 equipos, divididos en tres grupos de cuatro. Los dos mejores equipos de cada grupo, más los dos mejores que ocupen el tercer lugar accederán a los cuartos de final hasta definir a los dos finalistas que accederán a los Juegos Olímpicos de Tokio. Argentina integrará el grupo A, el grupo B lo conforman Papúa Nueva Guinea, Kazajstán, Jamaica y Túnez, y el C Colombia, Francia, Hong Kong y Madagascar.