Reconoció que en esta época de pandemia que «estamos viviendo por el coronavirus, ustedes han tenido desde el comienzo y continúan teniendo un enorme protagonismo», aunque «no siempre valorado», manifestó en un video que rápidamente se viralizó por las redes sociales.
«Hermanos integrantes del equipo de salud, gracias, porque ustedes de alguna manera fueron y son expresión de la cercanía de ese Jesús Buen Pastor, que acompaña a las personas enfermas, en cualquier dolencia y en particular a los enfermos del Covid-19», afirmo el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, haciendo llegar su «cercanía y oración» a todos los que trabajan en este tiempo de pandemia y los alentó a «orar con el salmo 22: El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar».
«Hermanos todos, me dirijo a todo el personal de salud: médicos, enfermeros y enfermeras, sanitaristas y, a todos aquellos que se han preparado por el estudio y capacitados para servir, buscando siempre la calidad de vida y la salud de cada ser humano», dijo en un video que rápidamente se viralizó por las redes sociales.
Reconoció que en esta época de pandemia que «estamos viviendo por el coronavirus, ustedes han tenido desde el comienzo y continúan teniendo un enorme protagonismo», aunque «no siempre valorado o reconocido», dijo.
«Quiero tener hoy con ustedes una cercanía orante, acompañarlos y, a través de ustedes, acompañar a sus familias que seguramente les costará entender el porqué de tantas horas y de tanto trabajo, porque a veces mantienen distanciamientos con sus respectivas familias como medidas preventivas», subrayó monseñor Canecín.
Alentó a los «hermanos profesionales y a todos los integrantes del equipo de salud», a rezar, porque quiero «rezar con ustedes y quiero rezar por ustedes, por eso, les propongo rezar juntos el salmo 22, que es un salmo muy bonito en las Sagradas Escrituras: El Señor es mi Pastor».
«El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. «Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. «Tu bondad y tu gracia me acompañarán a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo».
Agradeció especialmente a todos los «hermanos integrantes del equipo de salud», y les dijo: «Gracias, porque ustedes de alguna manera fueron y son expresión de la cercanía de ese Jesús Buen Pastor, que acompaña a las personas enfermas, en cualquier dolencia y en particular a los enfermos del Covid-19.
El Obispo hizo referencia a las palabras de Jesús «lo que hagan al más pequeño, a mí me lo hacen», por eso, «hermanos del equipo de salud, les digo que, en cada persona enferma, ustedes están asistiendo al propio Jesús» por eso «no cae en saco roto el esfuerzo, el trabajo, el cansancio y todo lo que ustedes están realizando con tanto esfuerzo en este tiempo de pandemia».
Al expresar su cercanía, el Monseñor afirmó: «Los acompaño y los bendijo a cada uno de Ustedes, pido que Dios les de sabiduría y a su ciencia médica, pido que Dios optimice los pocos o muchos medios que hoy la tecnología y, la ciencia le ofrece para salir al encuentro de tantas necesidades».
El obispo de Goya, Adolfo Canecín recibió hace pocos días su primera dosis de la vacuna para el Covid-19, luego de haberse inscripto en el sistema y cuando llegó su turno de acuerdo a su edad fue convocado por el equipo de atención primaria de la salud del Hospital Regional de Goya y, concurrió al Club Unión donde se aplicaban las dosis.
«Bendigo a cada uno de ustedes y a sus familias», enviando un «fuerte abrazo en el Señor Jesús, el médico divino de las almas, del cuerpo y de las mentes», concluyó.