El gobernador, Gustavo Valdés «gambeteó» una convocatoria de Alberto Fernández. Lo hizo ante la reunión del Presidente con los mandatarios provinciales para tratar la cuestión de recursos coparticipables de la Capital Federal, que habían sido retaceados para distribuirlos a las demás jurisdicciones del país. Ello, ante la posibilidad muy latente de que la Corte Suprema se expida en contra del Gobierno central, un anticipo vertido por EL LIBERTADOR el año pasado y sobre el cual ahondamos en la edición del domingo 27.
20-CONTRATAPA-8El convite del Jefe de Estado tuvo la primigenia intención de advertir a los gobernadores sobre las complicaciones que conllevará un fallo judicial adverso, puesto que Nación deberá redistribuir el goteo dinerario, con un incremento en la cuota porteña con el consecuente descuento para las demás provincias.
De esta manera, Fernández confió en obtener unanimidad de apoyo para que, en caso de darse la bajada de martillo del más alto Tribunal de la República, se actuara en bloque para una arremetida. Sin embargo, los radicales pegaron el «faltazo».
El que sorprendió en Balcarce 50 fue Gerardo Morales. Es que el Gobernador jujeño, hasta ayer, funcionaba como el más accesible de los opositores, algo que desde siempre le valió un vendaval de críticas de la UCR, así como de los del PRO. Lo apuntan como de doble filo, con un discurso furibundo contra el Gobierno nacional, pero siempre presente y acompañando en cada iniciativa de Alberto. Ni qué hablar de sus críticas hacia el macrismo, tal lo ocurrido al momento de sentar postura por el acuerdo con el FMI, donde responsabilizó al PRO de los pasivos generados.
Además del mandamás de Jujuy, tampoco estuvo el de Mendoza, Rodolfo Suárez. Lo mismo sucedió con Gustavo Valdés, quien prefirió cumplir con una agenda protocolar que involucró a Julio Cobos, al ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
ESTRATEGIA
Desde el comienzo de este 2022, el Gobernador de Corrientes montó el picazo. Los incendios favorecieron para dejar en claro su perspectiva crítica hacia Olivos, echando por tierra el enamoramiento político que supo tener desde 2019 hasta 2021 con Alberto Fernández, con quien sólo derrochaban elogios entre sí.
Hoy, Valdés se sabe que el 76 por ciento logrado en las elecciones del año pasado -que significó su reelección- lo ubicó en la órbita del poder central. Por ello, desde su entorno reconocen, entre risa sostenida, que «jamás le dará una foto ‘gratuita’ al Presidente», perjudicando su imagen dentro de Juntos por el Cambio.
Así las cosas, lo hecho por Morales, con sus lapidarias críticas a Mauricio Macri y a su grupo, sumado a su exposición amigable con Alberto, lo dejó en una posición debilitada, puesto que en la propia UCR saben que necesitarán del PRO para pelear mano a mano con el Frente de Todos por la Presidencia. Más allá de ser los dueños de la estructura territorial en el país, las figuras del partido porteño traccionan a la hora de pelear por los porotos.
De esta manera, Gustavo Valdés aparece como el «correligionario ideal». Sabe mantener los modales florentinos con Nación, también sabe hacerse escuchar (aunque sea rogando, como lo hizo en el aeropuerto de Posadas durante la visita presidencial en la recorrida por los incendios). A la vez, conjuga una interacción constante con Larreta, Bullrich y Macri, así como con la cúpula nacional del partido de Alem e Yrigoyen.
Esta diplomática actitud le valió la simpatía de todos en Juntos por el Cambio, donde un grupo no menor considera oportuno plantear una fórmula más allá de que el candidato principal no sea correligionario. Allí, la figura del Gobernador correntino suma voluntades, ya que no desestimaría acompañar a un postulante del calibre de Rodríguez Larreta en un tándem presidencial.
Por ello, Valdés intentará mantenerse alejado de los flashes a la hora de dialogar con Fernández. Lo hará, pero por otros canales e interlocutores. Intertanto, calibrará relaciones dentro de una oposición nacional que está sumida en una interna recalcitrante, a los niveles de lo que ocurre dentro del mismísimo Frente de Todos, cuya reyerta ya esmeriló a más no poder la figura presidencial.
Encuentros
En vez de posar para la foto del Presidente, Valdés avanzó con diálogos varios. Uno de ellos se dio con el diputado nacional y referente radical, Julio Cobos. Analizaron el impulso de la declaración de Emergencia Ambiental, Económica, Social, Agropecuaria y Productiva de Corrientes y Misiones, para lo que solicitaron una sesión especial de la Cámara baja el próximo 5 de abril. «Por otro lado, avanzamos en los lineamientos generales que debe contener una legislación para la implementación de bonos verdes con la que buscamos estimular el financiamiento de proyectos sustentables», detalló en Gobernador en las redes sociales.
Después fue el turno de un encuentro con Horacio Rodríguez Larreta, uno de los presidenciables que disputa dentro del PRO, quien además pensó en el correntino el año pasado, para que lo secunde en una posible fórmula. El ituzaingueño atinó a detallar en Twitter que se encargó de agradecer «mediante él, a todos los vecinos porteños, la ayuda enviada para combatir los incendios que azotaron la provincia». Una formalidad para una charla que poco tuvo de institucional. Fue casi de política electoral pura.
Luego, el mandatario provincial fue recibido por el ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana. «Avanzamos en temas de interés común que atañen tanto a Corrientes como al Ejército. La mejora de la infraestructura de los destacamentos con asiento en la provincia y la incorporación de nuevos efectivos. Además, agradecí al Ministro la asistencia de su cartera con personal y equipamientos frente a los incendios que azotaron Corrientes durante enero y febrero», explicó como información de su visita. Un acercamiento con una figura que supo «meter» el ala dura del kirchnerismo, luego de la razia del Gabinete nacional que dejaron los resultados electorales de 2021.
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