Pueblo querible por su calidez humana y hospitalidad, que se enorgullece de su localidad cuyos cimientos subyacen en los vestigios de su origen jesuítico guaraní, hoy está de fiesta patronal.
Como se indicó en la edición de este viernes, con profunda devoción la comunidad, que se caracteriza por su religiosidad, ayer concluyó la novena por la solemnidad de Nuestra Señora de la Asunción, aquí con su antigua advocación de Acaraguá y Mbororé, que se celebra cada 15 de agosto.
Durante el novenario, que comenzó el 6 de este mes, a las 5.30 se rezó el Rosario de la aurora y a su término la misa, con la participación de numerosos fieles pese al frío intenso de las madrugadas; en tanto por la tarde se realizó la Exposición del Santísimo y la misa de la novena, oficios a los que sólo se permitió asistir a 20 personas por cada uno de ellos, en cumplimiento de las medidas por la pandemia del Covid-19, todos los cuales en este Año de San José, estuvieron regidos por el lema de la celebración patronal: «Como familia profética ¡Envíanos!».
Luego del festival virtual de anoche, hoy, la programación reducida por la situación epidemiológica comenzará a las 16 con la misa en el atrio del templo, que presidirá el obispo de la Diócesis de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, jurisdicción eclesial a la que pertenece esta localidad, y posteriormente se efectuará una caravana con la histórica imagen por diversas calles.
La sagrada imagen, de carita aniñada, fue tallada en madera por los guaraníes hace casi 400 años, en 1630 aproximadamente, en la entonces Reducción Jesuítica, en agaradecimiento por vencer en una batalla a los bandeirantes que los acechaban permanentemente, y hoy recibe un fervoroso cariño de la población católica local y de la región.
DE HISTORIA, DE IDENTIDAD
LA CRUZ. Esta localidad fue en su origen una Reducción jesuítica, fundada en 1630 por el sacerdote Pedro Romero en 1630, quien luego encomendó al padre Cristóbal Altamirano su dirección, con el nombre Nuestra Señora de la Asunción sobre el río Acaraguá, margen occidental del río Uruguay en la actual provincia de Misiones, cuyos habitantes después de un gran combate contra los bandeirantes se instalaron junto al arroyo Mbororé, que también desemboca en el mismo río y tras más ataques decidieron emigrar hasta el lugar donde se levanta hoy en territorio correntino, con el nombre heredado de La Cruz.
Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, destacan aglunos medios, es la única advocación mariana surgida en las Reducciones que se mantiene hasta el presente. Nacida en el área de lucha contra los bandeirantes, hoy une a pueblos de ambas márgenes de la frontera brasileña y argentina, que buscan caminos de integración y desarrollo.
El nombre del Municipio deriva de La Santa Cruz, o La Cruz de Mboreré o de Nuestra Señora de la Asunción de Mboreré, recordando aquellas raíces jesuitas.
En estos tiempos, los ataques y secuestro de ciudadanos para hacerlos esclavos ya no son de los bandeirantes, sino de feroces y astutos enemigos de los valores que dieron origen a pueblos y ciudades de la Nación, que van desde las adicciones, la desculturización de la identidad, pasan por la violencia, el delito y se encumbran en la corrupción institucionalizada en todos los órdenes que destruye al país.
Eduardo Hernández.
De visita en la comunidad de Yapeyú
HIDALGUÍA. El cuadro de la imagen de la Virgen de la Asunción, con advocación guaraní, durante la novena estuvo en la cuna del general San Martín, también tierra jesuítica guaraní, donde lo recibieron autoridades municipales y lo portaron miembros de las fuerzas de seguridad, con asiento en la localidad, con hondo respeto y alegría de la comunidad en general, que el martes recordará al Padre de la Patria en otro aniversario de su paso a la inmortalidad.