Diversos sectores productivos de la provincia han manifestado su preocupación por la situación económica, que complica sus previsiones de futuro próximo, a los que se sumaron los citrícolas del Sur correntino.
«Nosotros tenemos un panorama incierto, no sabemos los valores a los que vamos a lograr vender la producción», indicó el productor y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Citricultores de Monte Caseros, Miguel Rosbaco.
El problema principal pasa por las subas: «Los costos de los insumos, agroquímicos y fertilizantes, han aumentado en dólares, mientras que el precio de venta es igual a la del año pasado», afirmó el productor. De esta manera, se produce un desfasaje por el cual los citrícolas no alcanzan a cubrir lo gastado para la producción y complican el horizonte.
«Las exportaciones pensamos que van a ser inferiores a otros años, y en el mercado interno algo se trabaja, pero el volumen no es tan grande», dijo.
«El precio es el que uno logra que te paguen», dijo Rosbaco. «Los valores no se actualizan porque el productor no es formador de precio», agregó. Al respecto, el productor indicó que podría haber un «reacomodo» en el precio del mercado interno, por lo que existe la posibilidad de un aumento general de los cítricos.
ACUMULANDO
COMPLICACIONES
El año no ha sido fácil para diversos sectores productivos de la provincia de Corrientes, y los citrícolas no escapan a esta realidad. Incendios, sequía, inflación, desabastecimiento de combustible son los factores que han generado incertidumbre a los productores.
«A principio de año, la sequía fue muy grande», comentó Rosbaco, agregando que «al no tener un régimen de lluvia normal, la fruta tiene menor tamaño». Desde septiembre de 2021 a enero de 2022, las precipitaciones fueron inusualmente escasas en toda la provincia.
El régimen normal de agua en Corrientes es de 1.200 milímetros, unos 100 mensuales, y en ese período sólo se registró alrededor de 50 milímetros. Recién en febrero llegó algo de alivio.
«En algunas zonas, el granizo dañó la estructura de las plantaciones», indicó Rosbaco respecto a lo sucedido a principio de mes pasado. En la edición de EL LIBERTADOR del 12 de julio, se detallaron daños a plantaciones por el gran tamaño de las piedras caídas.
Además, aunque en menor medida, pero también tuvo su efecto el grave desabastecimiento de gasoil que sufrió la provincia.
Respecto a la posibilidad de que la producción del año que bien ese vea afectada, Rosbaco afirmó que «todavía es temprano, la producción citrícola florece en primavera y veremos cómo evoluciona entonces».
INCERTIDUMBRE
A mitad de la campaña, el escenario no arroja muchas certezas para los productores. Principalmente, el constante aumento de los combustibles y de los agroquímicos necesarios para las plantaciones generan preocupación.
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