Con las primeras luces de este martes, decenas de adolescentes y jóvenes estudiantes emprendieron su caminata desde la Ruta Nacional 12 y la Ruta Provincial 43 para llegar al histórico templo y ofrendar su gratitud y pedidos a Santa Ana, como lo hicieron otros miles de creyentes y en especial abuelos, en la encantadora localidad que celebró ayer la fiesta de su Patrona, la madre de la Virgen María y abuela de Jesús de Nazareth, con el lema «Para que sean mis testigos».
La jornada fue precedida por un festival de vigilia y un conmovedor acto de saludo en el primer minuto del día festivo cuando se trasladó la imagen frente al templo entre una multitud que se congregó en una noche más que agradable. Danzas y canciones conformaron el programa de la velada, que su momento cúlmine estuvo en la voz potente de Lorena Larrea Catterino, quien interpretó el Ave María en idioma guaraní y al finalizar hizo vibrar con un enfático «»¡Viva Santa Ana, madre de nuestra Virgen María, abuela de todo el pueblo!». Los aplausos y vivas fueron la respuesta inmediata.
EL VALOR Y AMOR
A LOS ABUELOS
«Que se renueven los aplausos, agradeciendo por su amor, por su ternura. Por la gracia que derrama en nuestros corazones. Pensando en tantas abuelas que luchan cada día por sus familias, por sus nietos, por sus seres queridos; en cada desfío que les toca enfrentar», animó seguidamente el párroco, Guillermo Danuzo, para luego agradecer a Santa Ana «por ser parte de nuestras vidas, de nuestro pueblo, por ser parte de nuestra historia».
Pidió entonces que «derrame bendiciones sobre cada familia, sobre cada joven, sobre los abuelos que viven y sufren muchas veces la indiferencia de sus propias familias» e instó a que «descubramos que ellos son parte de nuestras vidas e historia».
Con igual fervor, el sacerdote alentó a que esta «no sea una fiesta más, que sea una fiesta en la que podamos sentir la cercanía de Dios en nuestros corazones y ser capaces de decirles a nuestros abuelos y seres queridos: ¡Gracias por tanto! ¡te quiero y te amo!».
Rescató la labor de los abuelos con hijos y nietos «transmitiéndoles el amor, la ternura, la cercanía, buscando un futuro diferente y para que sean personas de bien. Transmitiéndoles los valores, que tanto hemos ido perdiendo ¡Cuántas abuelas que luchan por sus nietos que son presas de las adicciones, del alcohol, de la droga! ¡Cuántas abuelas día y noche rezan, imploran a nuestro Señor por sus nietos y sus seres queridos porque no vislumbran un futuro diferente! ¡Cuántas abuelas enseñan a sus nietos a agradecerle a Dios y a orar cada día, sabiendo que sin Dios no somos nada!¡Cuántas abuelas derraman sus lágrimas ante sus imágenes sagradas viendo a sus familias destruidas!».
Hacia el final de sus palabras clamó a Dios «nos regale la gracia, a cada uno, de ser capaces de descubrir lo más importante que nos regaló, que es la familia, que son nuestros mayores, aquellos que nos transmiten su sabiduría andante, por su vida y por su historia, por sus luchas y desafíos».
LA FECHA
Cabe recordar que el Día del Abuelo se celebra en la Argentina el 26 de julio, fecha que surge de una tradición católica que recuerda a San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús y padres de la Virgen María, a quienes se conoce como los «patronos de los abuelos».
San Joaquín y Santa Ana son reconocidos en la Iglesia Católica por representar valores como la caridad, la solidaridad, la bondad y la esperanza.
El objetivo de celebrar estas fechas es poner en valor el rol que las personas mayores cumplen en la sociedad y cuestionar los estereotipos que se les suelen adjudicar.
Pero esta no es la única fecha que «celebra» a los abuelos. Además del 26 de julio, las abuelas y los abuelos tienen sus días por separado. Cada segundo domingo de noviembre se festeja a las Abuelas, mientras que el segundo domingo de agosto es el día elegido para homenajear a los Abuelos.
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