La Policía de Corrientes dio a conocer la situación de los animales de la División Canes, ya que se detectaron casos de Leptospirosis entre ellos. Informaron que dos perros de la unidad estaban muy afectados y que uno de ellos murió. También hicieron una serie de recomendaciones a la población ya que esta enfermedad también puede afectar a las personas.
Según detallaron “a raíz de los estrictos controles rutinarios y análisis veterinarios a los animales, han detectado posibles casos de Leptospirosis”. Y, agregaron que tras las soepchas, se hicieron exámenes médico-veterinarios a 22 canes que forman parte de la dependencia.
“Mediante esos trabajos, se ha observado a dos perros que tenían un desmejoramiento en su salud, pese al inmediato tratamiento médico se produjo el posterior fallecimiento de uno de ellos”, explicaron.
También aclararon que tras detectar esta situación “con inmediatez se adoptaran las medidas necesarias con autoridades de la Dirección de Zoonosis, y de Epidemiología de la Provincia, coordinando con veterinarios de la Policía, para la extracción de muestras para estudios avanzados en laboratorios”. “También se articularon tareas de asesoramiento con profesionales de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste”, remarcaron.
Sobre la confirmación del diagnóstico, indicaron que incluso se llevaron muestras de los animales enfermos a Buenos Aires. “Como resultado de todas esas tareas, se determinó que la enfermedad sería Leptospirosis, una bacteria que genera problemas apáticos en los animales, la cual incluso podría afectar a los seres humanos”, afirmaron.
“Cabe señalar que una vez conocida la situación, se aplicaron los protocolos previstos en el Manual de Normas y Procedimientos de Vigilancia y Control de Eventos de Notificación Obligatorias -año 2022- dictados por el Ministerio de Salud de la Nación”, enfatizaron.
Llamado de atención a la población
La presente situación presenta visibilidad, pues al ser un organismo policial, los informes y cuidado se realizan conforme a los protocolos vigentes, siendo de mayor riesgo, casos domésticos que pueden aparecer sin el conocimiento de las personas en cuanto a su trato, generando el peligro de no tomar acción frente a la enfermedad y que la misma pueda continuar su reservorio en animales sin el conocimiento de los organismos que pudieran tomar acción.
Por tal razón se continúa con los cuidados preventivos y controles sobre el resto de los perros de la División Canes, los cuales actualmente se encuentran aislados en cuarentena, medicados y con un permanente monitoreo profesional. De igual modo el personal policial encargado del cuidado de los animales, también cumple con los estrictos protocolos preventivos, estipulados ante la situación.
Cabe aclarar que bajo las acciones correctas en un plazo corto se logró controlar la proliferación de tal bacteria, pues es sensible a productos como el hipoclorito de sodio (lavandina), al clima, y su tratamiento con antibióticos tiene un alto índice de efectividad.
Prevención
En caso de sospechas ante la presencia de la enfermedad, se recomienda;
Estimular la reducción del riesgo de contacto con los roedores, su orina o excrementos, fortaleciendo la higiene del lugar.
• Aplicar medidas de eliminación como cebos y trampas en los lugares de riesgo, controlándolos y renovándolos periódicamente.
• Evitar proveer de refugio a roedores manteniendo los alrededores ordenados, removiendo escombros y basuras, cortando pastos y arbustos.
• Proteger los animales domésticos (caninos) mediante la inmunización. La vacunación de los caninos se debe realizar cada 6 meses.
• En caso de identificación de caninos infectados separarlos de los demás.
• En pisos donde es posible la limpieza, realizar la desinfección con una solución de 1 parte de lavandina cada 9 partes de agua.
• Se recomienda la correcta disposición de bebederos de animales, alejados de fuentes de contagio de roedores o de su orina.
• Los excrementos provenientes de animales domésticos deben ser recogidos diariamente y ser dispuestos de forma tal de evitar la contaminación del ambiente.
• Disminuir en lo posible el contacto directo sin el uso de protección, se recomienda un correcto lavado de manos de todo el personal, especialmente después del contacto con animales.
• Después de haber estado expuesto a salpicaduras de orina, suelo o agua contaminados es de suma importancia la desinfección.
• Para la limpieza de superficies contaminadas utilizar una solución de 1 parte de lavandina cada 9 partes de agua.
• Ante la presencia de un de un animal con sintomatología compatible, antes de la manipulación del mismo, cubrirse las lesiones de la piel si las hubiere, con ropa impermeable, utilizar ropa protectora (botas, guantes, gafas, delantales, máscaras, etc), evitando el contacto con orina y otros líquidos corporales.
• Dichas medidas pueden ser necesarias durante semanas o meses hasta que se logre controlar completamente el brote y se reduzca el riesgo de transmisión de la leptospirosis a niveles aceptables.
• Medidas de control a largo plazo y programas de vigilancia epidemiológica para roedores, por la ubicación de la División que está lindante a calle de ingreso con numerosos microbasurales.
Para saber más
Actualmente esta enfermedad se considera no frecuente o erradicada y por ello se carece de calendario de vacunación, contando además con bajo porcentaje de mortalidad. Dicha bacteria se transmite generalmente por el orín de roedores domésticos o silvestres; siendo focos de riesgo lugares con reservorio de agua de lluvia (charcos) que quedan tras las precipitaciones, que son usados por los roedores para dejar su orina, y eventualmente la bacteria, que permanece por algún tiempo; también son focos de riesgos todos aquellos depósitos de cosas o basurales que son atractivos para el hábitat de roedores.
Este protocolo tiene como base los lineamientos dados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la cual es la agencia especializada en salud de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cual es un organismo especializado de las Naciones Unidas responsable de liderar los asuntos sanitarios a nivel mundial.
Las enfermedades zoonótipicas son de real cuidado por parte de los organismos de salud pública, por lo que al detectar algún caso de zoonosis se activan todos los cuidados necesarios para evitar la proliferación de tales enfermedades.