Volvió a demostrar que está para más y mayores desafíos. Su raid por Washington y Nueva York lo mostraron con la capacidad de maniobra ideal para quien apunta más alto. Comandó la comitiva de gobernadores del Norte Grande sin sobresaltos, estrechando vínculos clave con los mandatarios provinciales, metiendo en la bolsa al presidente de la UCR, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Lo más fuerte fue la agenda propia que desarrolló por separado ante los principales funcionarios del gobierno norteamericano, con dos visitas a la Casa Blanca.
03-POLITICA-1Cinco días entre Washington y Nueva York le bastaron al ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro para mostrar sus quilates en las grandes ligas de la política internacional. Una segunda instancia diplomática, luego de su paso por Europa y su recordada (y prolongada) charla a solas con el Papa Francisco. A ello se podría añadir la reciente reunión con la flor y nata del empresariado argentino, con quienes delinearon prioridades a trazar para una agenda venidera (¿con él como Presidente?).
En concreto, el más influyente de los funcionarios del Gobierno nacional cumplió con creces los objetivos de la gira que capitaneó junto a los gobernadores del Norte Grande. Es más, hasta se hizo tiempo para abarcar una agenda propia que incluyó dos visitas a la Casa Blanca y un encuentro a solas con el staff principal del Departamento de Estado de la gestión Biden.
Quienes por allí pretenden bajarle el precio o encasillarlo en un espectro político, lo denominan como el «canciller de La Cámpora», puesto que a Santiago Cafiero le cabe las veces de exégeta de Alberto Fernández. Sin embargo, Wado está más allá de la pertenencia exclusiva a un sector de la alianza oficialista. Es el piloto de tormentas, tanto de los que digitan desde Olivos como los del Instituto Patria. El inesperado respaldo del ultra albertista embajador Arguello da la pauta de una realidad que EL LIBERTADOR anticipó en soledad hace siete meses.
Lo de Estados Unidos no fue más que una oportunidad de ratificar que se trata de un peso pesado de la política nacional, que se mueve como pez en el agua entre los peces grandes de la pecera internacional, así como entre los opositores, los empresarios y demás actores del poder real.
UNA AGENDA ESPECIAL PARA
UNA FIGURA DIFERENTE
El Ministro, que pergeñó el viaje a Estados Unidos con los gobernadores del Norte Grande en abril, al regreso de su gira por Israel, fue recibido en el país del Norte por todos los que debía ser recibido. Políticos, empresarios, Banco Mundial, BID, los representantes para América Latina del Departamento de Estado y hasta asesores del presidente Joe Biden. Incluso entró dos veces a la Casa Blanca, el corazón del poder político americano.
Este itinerario superó al del (otrora) superministro, Sergio Massa y del propio Alberto Fernández. Ambos, realizaron similares rutinas diplomáticas, sin escalar tan a fondo como sí lo hizo Wado de Pedro. El Ministro del Interior no sólo tuvo reuniones formales, también protagonizó cónclaves de los más políticos y distendidos.
Una de las corresponsables que cubrió el raid del funcionario y los gobernadores del Norte Grande fue Nancy Pazos. La periodista detalló que Jorge Argüello no sólo puso la Embajada argentina a su disposición, sino que no tuvo reparos en llenarlo de elogios ante cada presentación: «Un hombre joven a quien deben mirar bien porque tiene un gran futuro y es muy posible que llegue a Presidente» (sic).
Si se tiene en cuenta que el Embajador es amigo personal de Alberto Fernández, la anécdota puede indicar o bien que el tiempo atempera cualquier conflicto (De Pedro no recuperó nunca la relación con el Presidente que tenía antes de ser la punta de lanza de las renuncias kirchneristas al Gabinete, posteriores a la derrota en las Paso de 2021) o que la distancia hace que Argüello no esté contaminado, sea inmune o resista los recelos entre los distintos sectores internos del Gobierno.
Estratega
Para los norteamericanos, Wado es lo más cercano a Cristina Kirchner que ellos pueden auscultar en territorio propio. Y para cada uno que interactuó con el funcionario nacional, pasó las pruebas con mención de honor. El Ministro tiene la capacidad innata de caerle bien a todos quienes lo conocen. Pero, además, logró traer a Washington una delegación digna de un hombre de Estado. De Pedro hizo del oxidado CFI (Consejo Federal de Inversiones) su plataforma de trabajo más competitiva y su base de campaña futura. La Confederación del Norte Grande es posiblemente el éxito más destacado: una región que decidió dejar de lado las diferencias políticas y avanzar en proyectos y decisiones de estado a largo plazo. Hasta aquí vinieron ocho gobernadores y un virtual vicegobernador para conseguir fondos para la reparación histórica que, por las desigualdades existentes históricamente, se merece esa zona postergada del país.
«Wado» logró sentar en la misma mesa a oficialistas, opositores, independientes y díscolos. Y no sólo lo hizo en el Norte. Bajó a cada provincia del país pidiéndole a cada gobernador y a sus ministros que hicieran un listado de necesidades en infraestructura. Después volvió a los mismos lugares y se reunió con las cámaras empresarias. El método fue el mismo. «Díganme qué necesitan para ser más productivos, para vender más y para exportar más», reiteró en cada una de las 22 provincias que visitó. Una vez en Buenos Aires, analizó con los ministros de las distintas áreas nacionales la factibilidad de los proyectos. Después volvió a cada lugar y pulió con el gobierno local el listado de obras. Por razones políticas, la Capital Federal y el Conurbano, así como Corrientes, con un Gustavo Valdés reticente a formar parte de la comitiva, quedaron afuera. Pero con toda esa información, «Wado» desarrolló un mapa de necesidades estratégicas y desarrollo de cada región del país que guarda bajo siete llaves en su computadora personal.
Fueron casi tres años de trabajo, miles de kilómetros y cientos de horas invertidas. Está claro que la ambición de Wado no es menor. Pocos de su generación deben tener, a esta altura, una idea tan cabal de qué necesita el país en el complejo entramado territorial y político.
Este tipo de hechos se acumulan en una vitrina que muestra sus logros. Por mucho, superadores a cualquiera de quienes ostentan pedir pista para el año que viene. Por el momento, Wado es el mejor ubicado, el más considerado dentro del Frente de Todos y el que más reconocimientos recogió de los distintos actores del círculo rojo.
Relación clave
«Wado» de Pedro mostró uñas de guitarrero y caminó los pasillos de la Casa Blanca con la ductilidad de una figura política gravitante. Lo hizo además con el padrinazgo del mismísimo embajador norteamericano, Marc Stanley. El hombre que desde que llegó a Buenos Aires en enero de este año demostró un despliegue político impresionante, se mostró especialmente atento a lograr que sus compatriotas conocieran el lado más amigable del kirchnerismo.
Stanley sorprendió hasta haciendo en las reuniones las preguntas más «capciosas» para que el Ministro del Interior pudiera derribar fantasmas: «Decime Wado, ¿cómo vieron ustedes el resultado del viaje de Sergio Massa por acá?», se despachó el Embajador en uno de los encuentros.
Es que la llegada de «Wado» cerró ante el establishment político y empresarial americano, un mes en que la Argentina tuvo presencia casi permanente en estas tierras. Como se dijo antes, septiembre tuvo en los Estados Unidos al Ministro de Economía, siguió el Presidente y culminó con De Pedro. Para muchos, lo que no pasó en Buenos Aires, donde aún no se logra formar una mesa política que unifique criterios en el oficialismo, terminó pasando en el país del Norte.
.