Un relevamiento realizado con adolescentes de algunos establecimientos escolares de las provincias de Corrientes y Chaco dejó al descubierto altos índices de violencia intrafamiliar en sus distintas manifestaciones.
Estas denuncias veladas fueron recabadas en encuestas anónimas al final de Talleres de Sensibilización, organizados como parte de un Proyecto de Voluntariado Universidades Públicas Solidarias, perteneciente a la Facultad de Derecho, Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), denominado Adolescer sin Violencia.
Las encuestas tuvieron como objetivo conocer la realidad de los adolescentes en relación a la violencia intrafamiliar y el resultado de las encuestas sólo refiere a la provincia de Corrientes, las cifras de lo realizado en la provincia del Chaco no fueron aún cargadas ni analizadas.
La encuesta abarcó a un universo de 1.000 adolescentes segmentados en tres grupos etarios de establecimientos educativos. De ese universo, 580 son los estudiantes correntinos que respondieron de manera anónima las preguntas.
Según lo que detalla el informe presentado, las cifras que despertaron preocupación son las siguientes: el 38 por ciento de los encuestados manifestó que es víctima de violencia intrafamiliar; de los cuales el 75 por ciento de ellos padecen violencia física, el 71 por ciento violencia psicológica y el 8 por ciento sexual.
Si se dividen en función del sexo, los adolescentes que manifestaron sufrir cualquier tipo de violencia en el seno familiar, 59 por ciento son mujeres y el 41 por ciento varones. Cuando se les pidió que identifiquen al agresor, expresaron en un 31 por ciento que son ambos padres, el 19 por ciento sólo la madre, 18 por ciento sólo el padre, en porcentajes menores también identificaron a los abuelos convivientes, hermanos mayores, tíos y padrastros.
«Al leer cada encuesta, nos encontramos con un claro pedido de auxilio de los jóvenes. No sólo respondieron cada ítem del cuestionario, sino que se tomaron el tiempo para contar su historia personal», comentó la directora del proyecto la doctora Pura Gauna.
«A la hora de precisar los tipos de violencia a los que son sometidos, muchos refieren a la humillación. La palabra inservible se lee constantemente; el abandono emocional: «Mis padres no me quieren escuchar, me han abandonado, me insultan por mi orientación sexual, se burlan de mi físico», detalla la abogada Jesica Paz, miembro extensionista del proyecto.
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