El cohete chino que está fuera de control caerá antes de la medianoche de este sábado o en las primeras horas del domingo tras atravesar la atmósfera terrestre con un riesgo mínimo, aunque no nulo, de causar daños en la Tierra, estimó Marcelo Colazo, investigador de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), quien sostuvo de que acuerdo a los horarios estimados no lo hará sobre la Argentina.
“Después de las 18 de este sábado ya no hay más órbitas sobre la Argentina”, dijo a Télam Colazo, aunque aclaró que siempre estamos hablando de probabilidades.
El exjefe de la Estación Terrena Córdoba de la Conae explicó que “se viene siguiendo la trayectoria del cohete desde su lanzamiento y a medida que se iba a avanzando en el tiempo se tenía más predicción de cuando se iba a producir la caída».
«Esa ventana se fue achicando y ahora es de sólo 6 horas, más-menos de la medianoche este sábado”, precisó y añadió que «si se respeta esta ventana, tenemos una probabilidad muy baja y casi improbable de que caiga sobre nuestro territorio”.
Facundo Rodríguez, especialista en Comunicación Pública de la Ciencia y doctor en Astronomía del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE), explicó, por su parte, que “el cohete chino Long March 5B, lanzado el jueves 29 de abril en su misión Y2 es uno de los más grandes de China y está entre los más grandes del mundo».
«Fue diseñado para llevar cargas pesadas a la órbita terrestre, en particular, para llevar el primer módulo de la nueva estación espacial China, actualmente en construcción”, aseguró Rodríguez, que también se desempeña en el Observatorio Astronómico de Córdoba.
En diálogo con Télam, el astrónomo indicó que una parte del Long March 5B se desprendió del cohete y no tiene algún mecanismo que permita guiar su caída”.
Sin embargo, ambos destacaron que “si bien no está guiado, se tiene seguimiento y nunca se perdió su posición, por lo cual se sabe en qué dirección está cayendo”.
“Esta porción que se espera que reingrese a la atmósfera terrestre en las próximas horas pesa 23 toneladas, pero probablemente se destruya totalmente, incendiándose al entrar en contacto con la atmósfera sin causar grandes daños», sostuvo Rodríguez.
En ese sentido, observó que “podría pasar que queden algunos fragmentos más densos sin destruirse y éstos impacten con la superficie. Al no estar controlada su órbita el destino de estos restos es impredecible”.
“La incineración se produce ya que el objeto está cayendo a gran velocidad y, al rozar con la atmósfera, aumenta su temperatura hasta alcanzar miles de grados celsius y es por esto que en general terminan consumiéndose hasta que no quedan casi rastros de estos objetos o sólo pequeñas porciones”, añadió.
Fuente: Télam