Por Noelia Barrios
EL LIBERTADOR
Después de catorce años de ausencia y desesperación, ayer, Luis Chamorro, el paciente del hospital San José de Paso de los Libres del que nadie sabía su origen, pudo regresar a casa con su familia. Estuvo casi cinco años internado en allí, en el sector de Salud Mental y antes había vivido en las calles de Curuzú Cuatiá. Fue la difusión de una nota de EL LIBERTADOR que relataba su caso, lo que hizo posible el reencuentro.
«Unos conocidos de nuestra zona, que estuvieron en Rosario (Santa Fe), vieron la noticia con su foto. Dijeron: «Este el ‘Luicho’ el que le andan buscando en mi zona». Y así comenzó como una cadena hasta que compartieron la nota en el grupo de la familia. Cuando vi su foto no tuve dudas y no lo podía creer», dijo Alicia Benítez, sobrina de Luis, quien fue a buscarlo al San José.
«Llegamos a casa y tuvo un reencuentro hermoso con mi mamá, su hermana. Entre los dos se abrazaban, se miraban y se volvían a abrazar. Él está muy contento y cuando nos vio por primera vez en el hospital ya se quería venir con nosotros, no se quería separar de nuestro lado», agregó.
Junto con Alicia y su marido, hubo otra familia que llegó desde Entre Ríos, pensando que Luis podía ser un ser querido que también buscaban hace años. Pero la reacción de él al verlos despejó todas las dudas: «Él los reconoció y dentro de lo poco que puede comunicarse, se hizo entender. Los vio y nombró a su mamá, dijo el sobrenombre de su mamá», relató, a su vez, Rosana Schiro, miembro del Área Social del hospital a EL LIBERTADOR.
También dijo que el cambio en su querido paciente fue instantáneo. Luis padece de un retraso madurativo y además tiene dificultades en el habla. Cuando se la entrevistó por primera vez sobre él, había contando que durante los últimos meses iba comunicándose cada vez menos. Pero el lunes, cuando reconoció a los miembros de su familia, la transformación fue increíble.
«Se puso muy contento, se volvió más comunicativo, decía más palabras, les preguntaba cosas. Fue algo muy lindo de ver», dijo la trabajadora social.
CONFUSIÓN Y ALEJAMIENTO
Según explicaron, Luis y su familia son oriundos del paraje Invernada, en la cuarta sección del Departamento Goya. Su drama empezó un día que había una fiesta en el lugar, él salió con uno de sus hermanos. Pero a la hora de volver, sólo regresó uno.
«Por lo que contaron fue durante una fiesta que organizó un comité por unas elecciones. Al parecer, él se pierde entre la gente y luego subió a un colectivo que lo llevó a otro lugar y como no podía comunicarse, tampoco pudo volver», mencionó Rosana.
De ahí, nadie sabe cómo llegó hasta Curuzú Cuatiá, donde vivió muchos años en situación de calle, recibiendo la ayuda de personas caritativas que le daban de comer. Al parecer, en ese tiempo se enfermó y recibió asistencia en el hospital local. Cuando lo interrogaron sólo pudo decir su nombre y el lugar de origen, que ellos entendieron era «Paso de los Libres».
«Yo creo que cuando le preguntaron, él dijo ‘Paso Fanegas’, que es un lugar cerca de donde vivimos. Pero como le cuesta hablar, la Policía habrá entendido que dijo ‘Paso de los Libres’ y por eso lo llevaron tan lejos», reflexionó su sobrina.
Ahora todo es anécdota para este hombre cuya imagen movilizó a tanta gente en los últimos días, y cuya historia tuvo el final que todos esperaban. Sólo un detalle impide una felicidad completa y es que la mamá de Luis, «La China», como él dijo, falleció hace tres años. «Mi abuela murió sabiendo que su hijo estaba desaparecido. Pero yo creo que desde arriba lo ayudó a volver», cerró Alicia.
Un trabajo humano
que debe ser reconocido
«En el día de la fecha, el hospital San José se complace en anunciar la concreción del encuentro de Luis con sus familiares, quienes lo buscaron durante catorce años. Permaneciendo en nuestro nosocomio al cuidado de todo el personal durante casi cinco años. Agradeciendo en este momento al Juzgado interviniente del doctor Gatti, asesoría, directivos y personal de nuestro nosocomio, personal policial y principalmente al equipo de salud mental y servicio social».
Este fue el comunicado oficial con el que, el personal del centro de salud que cuidó a Luis durante los últimos años, le dieron una despedida. Se trata de las enfermeras, los doctores, las trabajadoras del área Social y los directivos que atendieron e hicieron posible que hoy Luis esté otra vez con los suyos.
Desde que llegó a la institución, se movilizaron con entrevistas, pidiendo colaboración a las fuerzas, organizando operativos de búsqueda intentando dar con alguien que conociera al misterioso paciente que sólo podía decir unas pocas palabras. Y en ningún momento perdieron las esperanzas de que todo iba a terminar como felizmente terminó.
Ayer, le dijeron adiós a un miembro más de su familia. «Me partió el alma porque una de las enfermeras, que fue quien estuvo más tiempo con él, se dio vuelta para que no la viéramos llorar.
Ella cuidó a mi tío como si fuera un familiar suyo también y estaremos eternamente agradecidos con ella y con todos», dijo Alicia.
Luis, por su parte, se quedó con una recomendación. «Cuando vio a mi mamá, le dijo que en el hospital le pidieron que se porte bien», completó Alicia.
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