En la costa del río Uruguay, la comunidad de fieles devotos de la ciudad de La Cruz se reunió el domingo en la celebración de la Eucaristía, con la posibilidad de participar y comulgar desde sus automóviles.
«Teníamos previsto hacer esta automisa el 1º de mayo, el Día de San José, pero como estábamos en fase 3, no quisimos arriesgarnos. Entonces pedimos autorización para hacerlo este domingo y fue una experiencia muy linda, que ya se había hecho en otros lugares de la Diócesis de Santo Tomé, como Ituzaingó y Paso de los Libres», relató el presbítero Jorge Gómez, de la parroquia Asunción de María, en diálogo con EL LIBERTADOR.
CELEBRACIÓN
POSTERGADA
Después de Semana Santa, la localidad había retrocedido a fase 3 por el aumento considerable de casos positivos de Covid-19, como también sucedió en el resto del país debido a una pronunciada segunda ola del virus.
El 1º de mayo, Día de San José Obrero no fue posible la realización de actividades con participación de los feligreses. «Hicimos una misa virtual y San José salió en una camioneta, por las calles de la ciudad. No fue caravana, simplemente un paseo para bendecir a todo el pueblo», explicó.
A ORILLAS
DEL RÍO
San José fue la imagen que presidió la misa del domingo en la costanera de La Cruz, en el contexto de un año pastoral que invoca su nombre como padre de la Iglesia Católica y custodio de la fe, es quien refleja la ternura de Dios y es ejemplo de escucha y obediencia.
Como parte de la Diócesis de Santo Tomé, el lema «La profecía de ser familia, aquí estamos, envíanos» también rige esta parroquia, así que todas las homilías tienen como marco la familia y el sentir profético.
La automisa es una modalidad aceptada en el mundo, para que los feligreses puedan estar presentes, participar y también comulgar. «No es lo mismo virtual, vivir una misa por televisión o redes sociales», aclaró, al precisar que estos encuentros son necesarios para la sociedad. «La parte religiosa es muy importante y queda de manifiesto cuando se hacen eventos así. La gente necesita de lo espiritual, de Dios y de los sacramentos», remarcó.
LA FE DE UN
PUEBLO
La convocatoria fue tan amplia que además de los automóviles frente al altar, hubo otros que se estacionaron a los costados de los caminos. «Eran aproximadamente más de 60 vehículos, cada uno con tres o cuatro personas, así que eran más de 200 participando de esta misa», contó el párroco, quien destacó que la intención de este encuentro era agradecer el descenso de casos en la localidad y seguir pidiendo la protección de Dios en esta pandemia que aún continúa.