Comprar una campera o unas botas de mediana calidad se volvió un lujo para pocos ante los elevados valores que se comercializan en esta temporada otoño-invierno.
A partir de una recorrida de EL LIBERTADOR por los comercios de Junín se pudo advertir una variedad de precios, aunque en general, salen de 10 mil a 20 mil pesos, las que son estándar. No obstante hay locales que ofrecen a menor costo.
En el caso de las camperas, hay de todo estilo y modelo, como así también más o menos abrigada. Aquí también se puede diferenciar en las que tienen más accesorios o si son de tendencia.
Según todos estos detalles varía el precio, por lo que se pueden conseguir desde 8 mil a casi 20 mil pesos, todo depende de lo que se busque y la utilidad, dado a que los más baratos por ahí son de telas más finas y con menor protección al frío.
En el caso de las botas femeninas, sólo se trata de recorrer y buscar a partir de la necesidad. Si es para uso diario y sin pensar tanto en la durabilidad, se pueden conseguir de 4 mil o 5 mil pesos. En tanto que si se busca calidad y durabilidad, se tiene que invertir entre 10 y 20 mil pesos.
En este producto encarece la calidad, ya que muchos son de cuero y también influye si son bajas o altas, como el modelo de moda, considerando que se pueden conseguir calzados de la temporada anterior a un costo más bajo.
Lo cierto es que todos estos productos tuvieron un aumento de más de 30 por ciento respecto al año pasado.
Además, se debe tener en cuenta que en el caso de los locales de Junín, en el precio se incorpora los costos adicionales de alquiler, impuestos, servicios, entre otros.
ANÁLISIS
De acuerdo con lo que publicó el diario porteño Página 12, la indumentaria es uno de los sectores industriales de más larga tradición en la historia Argentina y acompaña los vaivenes de la economía del país. Es un sector muy sensible al crecimiento, porque es un consumo no básico. Entonces, apenas se recompone un poco el ingreso, la indumentaria acompaña y viceversa. A su vez, requiere insumos importados para producir a lo largo de toda la cadena y compiten con bienes finales del exterior.
La recuperación económica de la post-pandemia sumada al efecto del aumento de los commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania no afecta únicamente a la energía y los alimentos. El sector textil utiliza materias primas como el algodón, poliéster o el nylon que tuvieron aumentos de más de 50 por ciento en dólares entre 2020 y 2022.
El algodón, por ejemplo, cuenta con producción nacional. Pero el aumento de 108 por ciento entre el 2020 y 2022 ejerce presión. El poliéster aumentó 45 por ciento, la viscosa 58 por ciento, el nylon 41 por ciento y el acrílico 48 por ciento.
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