Corrientes ya comenzó a sufrir incendios en el Interior de la provincia, aunque no sean muchos, ni extendidos, generan preocupación.
Según algunas fuentes rurales, hay alrededor de 1.400 Bomberos Voluntarios en la provincia.
Gracias a algunos sectores de la población que habitan en distintos puntos cercanos a los campos, decidieron organizarse para realizar la tarea de los bomberos en el combate al fuego, y luchar en la preservación de nuestros ambientes naturales.
Una actividad que realizan donde, cada vez más, está siendo amenazada por el poder destructivo de los incendios forestales.
Cabe recordar que, según un informe técnico de la Estación Experimental Corrientes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca nacional, sobre la evolución de las áreas quemadas, entre el 15 de enero y 16 de febrero de 2022, ósea en solo un mes y un día, se incendiaron 785.238 hectáreas en suelo correntino, el equivalente a un 9 por ciento de la superficie de toda la provincia y más de 35 veces la superficie de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El estudio determinó, además, que «el ritmo de progresión del fuego entre el 7 y el 16 de febrero fue de casi 30 mil hectáreas diarias».
«En valores absolutos, la cobertura vegetal más afectada son los esteros, y otros bañados, donde se duplicó el área, pasando de 124 hectáreas a más de 245 mil», señaló el documento, firmado por los técnicos Griselda Saucedo, Ruth Perruca y Ditmar Kurtz.
«Los bosques cultivados también fueron muy afectados, ya que, el área quemada aumentó casi 2 veces y media pasando de 12 mil a más de 31 mil hectáreas», agregó el estudio.
En este contexto, uno de los muchos grupos de los bomberos que ayudaron a la provincia, fue el perteneciente al Interior de Corrientes, Saladas, autogestionadas por personas que ayudan a reducir la quema de los pastizales, también, ayudan a los animales a no perder su hábitat y a las personas a no perder sus hogares.
EL LIBERTADOR, charló con el jefe del cuerpo activo, Julio Borget, quien comentó desde cómo se formó el grupo hasta cómo se puede ayudar con los humedales.
La Asociación de Bomberos Voluntarios de Saladas nace a causa de dos grandes incendios de vivienda ocurridos en los años 1975 y 1976, es por ello que el 8 de junio del año 1976 queda conformada legalmente esta asociación.
Actualmente la institución cuenta con 45 personas dentro del cuerpo activo y reserva, entre jefes, oficiales, suboficiales y bomberos, de los cuales algunos ya tienen más de 30 años de antigüedad.
TRABAJO EN EQUIPO
Julio Borget comentó como fue trabajar durante los incendios en el verano anterior «representó todo un desafío, debido a la cantidad de focos ígneos en diferentes puntos de la provincia, el trabajo fue arduo en muchos casos a causa de la complejidad de la topografía, que dificultaba el ingreso de los vehículos y el personal, como así también la abundancia de combustible vegetal que demandaba mucho trabajo manual, provocando mucho desgaste físico en los combatientes».
Siguiendo, destacó el trabajo diario de los bomberos «durante todo este periodo se trabajó con el personal disponible al momento de cada incendio, llegando algunos a tener más de diez salidas diarias, no solamente dentro de la localidad de Saladas, sino también en otras ciudades como Mburucuyá, Santa Rosa, San Miguel, Bella Vista, entre otras. Cuando las condiciones fueron críticas, recibimos la ayuda de la Federación Santiagueña de Bomberos Voluntarios, que instalaron su base en nuestro cuartel y quedaron a disposición para trabajar en los focos ígneos de la zona».
AYUDAR A LA
NATURALEZA
Con los incendios, impactan, además, en los suelos e imposibilita la regeneración natural.
Tal como lo explicó en su momento el reconocido ambientalista Luis Martínez «son muy pocos los ambientes naturales que se pudieron recuperar, porque el tiempo no es suficiente para que se pueda regenerar la vegetación, las condiciones climáticas no fueron dadas».
Con los ambientes naturales que aún no se han podido recuperar, se genera menor cantidad de vegetación y disminuye la capacidad de reservorio del suelo.
Además, Borget agregó que las causas de los incendios «se deben en gran parte a la negligencia de las personas que inician fuegos, sobre todo cuando las condiciones climáticas son desfavorables, y estos se propagan rápidamente sin control devastando todo a su paso».
RADIOGRAFÍA
DE CORRIENTES
Acerca del panorama actual «es complicado, ya que, las condiciones climáticas imperantes, con altas temperaturas y escasez de lluvias, favorecen la ignición del combustible vegetal en el ambiente y a consecuencia de ello, se producen salidas diarias para controlarlos».
Con la temporada baja, trabajaron con los elementos que utilizan y los vehículos con los que circulan para estar preparados «luego de la emergencia ígnea que azotó a la provincia el verano pasado, donde muchos vehículos y herramientas sufrieron daños, se aprovechó la temporada baja de incendios para poner en condiciones el parque automotor, las herramientas manuales y los equipos de protección personal, aunque en muchos casos los daños fueron irreparables y en la medida de lo posible, se adquirieron nuevos para estar preparados en esta temporada», comentó Julio.
Recordó la solidaridad que tuvieron las personas para con los incendios y con los bomberos en el verano anterior «nada de esto hubiera sido posible sin la colaboración económica desinteresada de la comunidad de Saladas, de distintos puntos del país, como así también los subsidios percibidos por el Gobierno municipal, provincial y nacional».
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