El Obispo Emérito de Corrientes, declarado ciudadano ilustre de la Provincia por la Legislatura, en una recordada ceremonia oficial en la que un recinto colmado le tributó el más largo aplauso del que se tenga memoria. Con 92 años sigue en actividad plena, con una vida austera y de trabajo. Recién este año gestionó y obtuvo la jubilación mínima que da el Estado. Concurre a lugares públicos, da misas, elabora y lee las homilías en las que baja línea. Como uno más de los ciudadanos, cumple con el deber cívico de votar, no obstante está relevado de la obligación por tener más de 70 años. En los últimos días, se organizó una colecta en curso, entre amigos del Pastor Mayor, para contribuir al costo de una operación de cataratas que se hará en Corrientes, destacándose la solidaridad de los que están comprometidos en su acción pastoral. A partir de la intervención, que hará el doctor Fontán, Monseñor podrá seguir escribiendo y leyendo sus homilías que, desde hace más de tres décadas, vienen marcando un camino.
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