El Norte argentino vivirá en julio tres semanas a puro rugby, en lo que significará el regreso de Los Pumas a jugar en el país. Será un volver a casa, como lo promociona la UAR, que durante esos días armará charlas, encuentros, actividades y talleres en Jujuy, Salta y Santiago del Estero, las sedes de los test-matches ante Escocia. Cuando el seleccionado retorne a la acción el 2 de julio se habrá terminado una ausencia de 1.056 días, casi tres años, desde aquel encuentro disputado en Salta ante los Springboks, el 10 de agosto de 2019.
En el medio, además de la pandemia, hubo una Copa del Mundo, la caída del Súper Rugby, el fin de la franquicia Jaguares, un éxodo masivo a Europa, una victoria histórica ante los All Blacks, cambios de entrenador, de capitán, escándalos, decenas de burbujas, cientos de hisopados y horas y horas arriba de los aviones para jugar en Asia, Europa y Oceanía. Ahora, Los Pumas están cerca de retomar la localía, y de sentir y disfrutar a su gente.
«La idea es la misma que siempre tuvimos cuando Los Pumas van a jugar fuera de Buenos Aires: derramar lo máximo posible en clubes de la zona y, sobre todo, en gente que no es de rugby. Los viernes estarán los encuentros en un teatro con los jugadores, donde los chicos podrán preguntarles, además de las clínicas y muchas otras actividades. Un tema importante es que Los Pumas van a estar toda la semana en la ciudad. Lo mismo los escoceses, salvo en Jujuy, ya que llegarán el miércoles», cuenta Miguel Dupont, gerente comercial de la UAR y quien estuvo supervisando la logística en las tres provincias junto al manager de Escocia. Los partidos serán los sábados 2, 9 y 16 de julio, y los estadios podrán albergar 21 mil personas en Jujuy, 22 mil en Salta y 25.500 en el Único de Santiago del Estero. Nunca, al menos desde la década de 1980, Los Pumas estuvieron tanto tiempo sin jugar en la Argentina. Y vale que se mantenga la saludable idea instaurada en los últimos años de llevar al seleccionado a distintas provincias. Por ejemplo, será la primera vez en Santiago del Estero.
Ahora bien, ¿cómo llegarán Los Pumas? Es una incógnita. Desde la repentina salida de Mario Ledesma, el staff se viene armando en cuotas. Primero Michael Cheika; luego Juan Fernández Lobbe y Andrés Bordoy, y el martes se anunció que el lunes 16 se sabrán los otros dos. Uno parece cantado desde hace tiempo: Felipe Contepomi. El otro quizá sí contenga una gran noticia, si es que se incorpora un entrenador de defensa que provenga del rugby league.
En su primera conferencia de prensa, el australiano no dio pistas. No se sabe si Julián Montoya seguirá siendo el capitán, ni tampoco cuáles jugadores serán citados para esta ventana de julio. Otra duda no saldada aún: ¿quién ocupará el lugar en la coordinación general que Ledesma tenía con todos los demás seleccionados y con las Academias? No será Cheika, quien ya aclaró que estará instalado en Francia. Lo cierto es que esta nueva etapa de Los Pumas es de corto plazo: los 16 meses que restan para el Mundial en Francia. Después, se verá.
También el calendario es corto. Tras los 12 partidos de este año (los 3 de julio, más los 6 del Rugby Championship y los 3 de noviembre en Europa ante Inglaterra, Gales y Escocia), a Los Pumas les quedarán en 2023 sólo 4 tests antes del Mundial (3 del Championship corto y un amistoso, seguramente con Sudáfrica). Cheika es un gran entrenador que está en condiciones de llevar alto a un seleccionado que también cuenta con excelentes jugadores. Pero, por ahora, mientras se avecina la fiesta por la vuelta de Los Pumas a la Argentina, bailan las incógnitas sobre el futuro del equipo.
Por Jorge Búsico.
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