Un grave conflicto vecinal ocurrido en Santo Tomé, que había escalado peligrosamente desde una disputa por límites de propiedad hasta amenazas y enfrentamientos físicos, fue resuelto a través del proceso de mediación.
El caso, que involucraba a miembros de una misma familia con posturas rígidamente enfrentadas, fue derivado al Centro de Mediación por la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (Ufrac). Las partes contaron con la asistencia de sus respectivos letrados, entre ellos Ordenavía María de los Ángeles, el Defensor oficial Nelson Marcelo Petenatti, y el Secretario de la Udefo, Aranda Gastón.
LA OBJETIVIDAD EN EL TERRENO
El éxito de la resolución recayó en la labor del mediador asignado, Arguello Juan Adolfo, cuya gestión fue fundamental para desarticular la carga emocional y destructiva del enfrentamiento.
El mediador Arguello enfatizó que, en situaciones como esta, “la solución legal era secundaria a la necesidad de ser escuchados”. Trasladarse físicamente al terreno en disputa fue la estrategia que permitió a las partes ver el problema de manera objetiva, logrando dejar de lado la intensa carga emocional que alimentaba el conflicto.
Esta técnica, combinada con la revisión de planos y mediciones, resultó esencial para desarticular la tensión acumulada. Después de tres audiencias, se logró identificar un punto de acuerdo viable.
ACUERDO INTEGRAL Y COMPROMISO DE CONVIVENCIA
El acuerdo final alcanzado no solo se enfocó en la solución legal, estableciendo la demarcación definitiva de los límites de propiedad con costos compartidos, sino que, de manera más significativa, priorizó la restauración de la convivencia entre los vecinos. Como prueba de la voluntad de pacificación, las partes se comprometieron mutuamente a recurrir al diálogo como herramienta ante cualquier eventualidad futura que pudiera surgir.

