Se concretó en las últimas horas un encuentro virtual entre los ministros de Educación de las provincias argentinas para analizar el marco de situación alarmante, respecto a la fuerte embestida de la segunda ola del coronavirus.
A pesar de las preocupantes cifras de las últimas jornadas, con un récord histórico de contagios en pandemia, los funcionarios consensuaron mantener el sistema de presencialidad combinada.
Del cónclave participó la ministra de la Provincia, Susana Benítez, quien rubricó un documento que circuló como resultante de las conversaciones mantenidas con sus pares.
En la misiva, que se difundió a escala nacional a través de los diferentes medios informativos, remarcaron: «Los ministros de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ratificamos nuestro compromiso de priorizar la apertura de las escuelas y el sostenimiento de clases presenciales en todo el país, bajo condiciones de seguridad sanitaria y el cuidado de la salud de la comunidad educativa».
Dejaron en claro que la prioridad de gestión es «sostener la presencialidad cuidada en nuestras escuelas. Esta decisión nos obliga a continuar ejerciendo un permanente seguimiento de la situación epidemiológica en cada una de las jurisdicciones, asumiendo que existen responsabilidades ineludibles para el retorno a una presencialidad, que nos convoca a un trabajo compartido entre el Estado nacional, los gobiernos educativos de cada jurisdicción, los equipos docentes y directivos, las y los estudiantes y familias».
Más allá de estas expresiones esperanzadoras y de compromiso, la realidad muestra que en diferentes países de la región debieron suspender la concurrencia a las aulas, puesto que la arremetida del Covid-19 es cada vez más fuerte.
Aun así, pusieron énfasis en que definieron, acordaron y aplicaron protocolos que hoy «permiten habitar las escuelas con tranquilidad y prudencia, como así también, monitoreamos cotidianamente la aplicación de los mismos y su efectividad». Reivindicaron el sistema en vigencia, recordando que «cada vez que se activan los procedimientos ante casos sospechosos, reafirmamos las diversas herramientas de protección de las que no podemos prescindir y la importancia de mantener las puertas abiertas de las instituciones educativas para garantizar no sólo el derecho a la educación de nuestras niñas, niños y adolescentes, sino un ámbito de acompañamiento y contención».
Y añadieron a su argumento las evidencias disponibles, tanto a escala nacional como internacional, que les «permite afirmar que en las instituciones educativas no se potencian los contagios del personal docente o de estudiantes. Por el contrario, en muchos casos los controles aplicados hasta el presente han permitido la detección de los mismos».