Valdés despotrica contra el Gobierno nacional ante distintas maniobras oficiales. El Presidente lo ningunea en un acto de la EBY. Pero ambos, cada vez que se ven saben cómo tratarse. Es más, el Jefe de Estado sostiene en la hidroeléctrica a un alfil del mandatario provincial. Los justicialistas correntinos, a los «codazos» por una selfie con Alberto, en territorio paraguayo, mostrándose juntos acompañando a la gestión central. Pero antes, Fernández estuvo en el Chaco y ni los invitó. Una comunión que pende de un hilo, el de las redes. Mucho ruido y pocas nueces. Mientras el calendario avanza, asomando lo electoral.
02-03-POLITICAEn Corrientes, la política se encuentra en un limbo de acción. Tanto los radicales como los justicialistas navegan en un mar de contradicciones. Acciones ambiguas que reflejan el variable andar de la dirigencia que guía sus pasos conforme se dan los hechos en Buenos Aires.
De esta manera podemos repasar lo que sucede en el radicalismo (podríamos comenzar por el peronismo, pero para ello hay un análisis aparte, (ver página 3).
Valdés se encuentra inmerso en una encerrona desde hace rato. Resultó ser demasiado diplomático a diferencia de sus correligionarios. La intransigencia de sus líderes lo ubicó en una senda gris que podría beneficiarlo o perjudicarlo. Es que supo entrelazar vínculos con el PRO cuando estos tuvieron los hilos del poder central. Fue así que estrechó relaciones con Mauricio Macri, Rodríguez Larreta y con la propia «Pato» Bullrich.
En la actualidad, estos tres exponentes «amarillos» están peleados entre sí. En el medio, el ituzaingueño, tratando de no quedar mal con ninguno.
Pero su problema mayor radica en la UCR nacional y provincial. Gerardo Morales y Cornejo, por ejemplo, quieren imponerse a los del partido porteño. Desde hace meses bajan línea con manifestaciones impetuosas de que el año que viene, los de Alem pedirán la candidatura mayor.
Esta tesitura tuvo su réplica local en las últimas horas ¿Y de la mano de quién? Nada menos que de Ricardo Colombi. El mercedeño viene dándole varios dolores de cabeza a Valdés en lo que ya es una guerra de «ismos». Valdesismo contra ricardismo. Un pleito que se refleja en la Legislatura, donde proyectos como la paridad de género o el voto joven fueron «cajoneados» por las diferencias en la propia bancada oficialista.
«¿Quién es el PRO? Son 4 o 5 nombres y nada más. Menoscabaron al radicalismo y algunos se vistieron muy de amarillo. Parece que tenían hepatitis». Así se expresó Colombi hace un par de días, durante una entrevista con una emisora capitalina.
Un tiro por elevación que hizo causa común con el Comité Central nacional, pero que deja en «off side» al Gobernador, que viene maniobrando en aguas turbulentas en busca de no naufragar dentro del escenario político argento, donde pretende hacer pie con la posibilidad de integrar alguna fórmula.
El mandatario provincial interactúa con un par de los referentes locales del PRO. La diputada, Lorena Lazaroff es una pieza clave en la bancada oficialista. La legisladora nacional, Sofía Brambilla, se acomodó del lado del «larretismo» y oficia -a veces- de interlocutora entre el Jefe de Gobierno porteño y el ituzaingueño. Después está Ingrid Jetter, con quien Valdés aplica distancia.
Esta ligazón se puede ver afectada por declaraciones como las de Ricardo, bajándole el precio a los «amarrillos». Así como los discursos de Morales o del mendocino Cornejo.
Con todo ello, debe lidiar.
¿Y CON NACIÓN?
El que habla o actúa «pour la galerie» (para la galería) intenta provocar un efecto determinado ante un auditorio particular, sin que muchas veces la cuestión de fondo sea lo que dice o hace.
Esta analogía se impregna de lleno en el andar de Valdés con el Gobierno nacional.
Este 2022 lo encontró entre los más críticos, lanzando munición gruesa cada vez que puede y en cada oportunidad que el Presidente da pie para ello. En las últimas horas, el intento oficialista de aplicar cambios en la composición de la Corte Suprema fue un disparador ideal para que el mandatario provincial se manifestara (por enésima vez) como uno de los portavoces de la oposición nacional. También ocurrió con lo sucedido en la EBY, durante el acto en Ayolas, donde el Gobernador no fue invitado.
«Rechazo cualquier intento por ampliar la Corte Suprema de Justicia, proyecto absolutamente innecesario cuando las necesidades de la gente son otras. Siempre defenderemos las instituciones de la República por ser garantes del orden constitucional, la democracia y la libertad», sentenció en Twitter. Después sucedió lo del «ninguneo» en Paraguay por una obra crucial de la hidroeléctrica.
Sin embargo, es necesario remarcar que esta actitud lisérgica del correntino no se condice con lo que ocurre tras bambalinas cada vez que tiene la oportunidad de encontrarse con Alberto. Lo mismo puede decirse de Fernández, cuando se encuentra con Valdés.
Ambos parecieran conocer sus movimientos, dejando seguir la jugada, marcando a veces algunas faltas. Pero los dos sostienen algunos vínculos que desconciertan a propios y extraños.
No es casualidad que el Presidente aún no haya definido la integración completa del Directorio argentino en la EBY, así como que sostenga al representante radical, Marcelo Gatti en la Entidad Binacional. Tampoco es azaroso que Alberto y Gustavo tengan la oportunidad de conversar a solas, en el VIP del aeropuerto de Posadas (Misiones), previa recorrida por los incendios.
Muchas circunstancias que causan dudas subrepticias en cuanto a lo real de la disputa entre Nación y Provincia.
En este escenario, queda como «veedor» el justicialismo correntino, plagado de incertidumbres orgánicas y electorales de cara a un 2023 que debiera arrojar más certezas para la dirigencia.
El peronismo provincial, para la «selfie»
¿NO QUIERE SABER NADA CON CORRIENTES? Pareciera ser que Alberto evita a toda costa pasar por la provincia. Siempre la saltea. O va al Chaco, a Formosa o a Misiones. Hasta al Paraguay fue por un tema relacionado con Yacyretá (emplazada en suelo correntino). Es más, la «famosa» selfie se dio gracias a una abogada de la EBY, alfil directa del Presidente argentino. Fue ella la que ofreció su celular para tomar la foto. Fernández accedió con una sonrisa típica de autorretrato. No lo hizo motu proprio, fue casi por obligación. Lo mismo que ocurrió en febrero de 2021, cuando pasó por Yapeyú. Luego de lanzarse flores con el Gobernador radical, se dirigió raudamente hacia la combi oficial para partir. Fue interceptado por algunos dirigentes y legisladores del justicialismo provincial, quienes lo esperaban en una carpa especialmente montada para un cónclave. Apenas hubo tiempo para algunas imágenes, después se fue. El encuentro se dio con «Wado» de Pedro y Manzur, Alberto se fue.
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