María Marlene Gauna, o como se la nombra en el Frente de Todos, simplemente «Marlen» Gauna, es licenciada en Comunicación Social y coordinadora región NEA de la Dirección Nacional de Relación con los Municipios de la Subsecretaría de Relaciones Municipales de la Secretaría de Municipios del Ministerio de Interior de la Nación. Marlen es, en segundo término, candidata a diputada provincial en la misma grilla que encabeza el ex vicegobernador Gustavo Canteros, y que continúan César Lezcano, Adriana Vidal Domínguez, Leonardo Ortiz, María José Espíndola, Ariel Osuna, Soledad Pérez, Raúl Alfonso, María Fernández Álvarez, Juan Zandoná, Tania Viglieca, José Correa, Yésica Taborda y Miguel Yancovich, y que en la lista de candidatos a senadores postula a Celeste Ascua, Víctor Giraud, Belén Galarza, Ariel Esmay y Florencia Bojorque.
Entrevistada por EL LIBERTADOR, la candidata dejó sentada su impronta municipalista cercana al campo nacional y popular, y ubicó a las juventudes, al medio ambiente y al género como tres de las principales luchas a las que se deben los correntinos, para quienes desde su banca promete ser la voz de los que «no son oídos» y el estímulo que la ley necesita para dar impulso a la igualdad y a la diversidad que la provincia reclama en materia económica, social y política.
Marlen ¿Cuál es tu opinión de la política local?
-Esta es nuestra oportunidad de, además de cuestiones referidas al desarrollo, hablar de juventudes, mujeres, hombres, géneros, comunidad, una lucha que me abraza desde la militancia para por nuestro pueblo y por disputar el sentido de la política. La política debe hacer más fácil la vida de los correntinos, dar oportunidades, que es de lo que vengo hablando con los ciudadanos, en especial las juventudes, atravesadas por interrogantes profundas. Nuestras propuestas tienen que ver con eso. Con acompañar a un gobierno que hace las cosas bien, pero como fuerza viva marcar un horizonte, que es lo que está claro faltando.
¿Qué función tendrá tu banca en la Cámara baja?
-Los legisladores somos la voz del que no se está escuchando. En la Cámara voy a contar con compañeros y opositores, no los voy a dejar afuera, pero voy a tener una interpretación generacional, de mujeres y hombres jóvenes, con diversidad de edades y de géneros, para quienes no todo está bien, y hay mucho por delante, y también de localidades, porque es muy evidente que hay que discutir la territorialidad de la provincia. La concentración en Capital no es buena. En localidades no muy alejadas, los servicios ya no están disponibles. Pero hay que mirar más allá. Primero las juventudes, después el medio ambiente, porque sin una protección de nuestros ecosistemas, de nuestra producción familiar, porque si hablamos de ambiente también hablamos de los seres que lo habitan y de nuestros productores, la forestación va a arrasar con los ecosistemas naturales. La explotación foránea, ya lo hemos legislado, debe ser controlada. Hay que entender que en las provincias vecinas este debate ya está zanjado, pero acá no. Las provincias del Norte que hoy están del lado del Gobierno nacional crecen porque no han dejado de lado estos puntos. No dejaron como furgón de cola a las juventudes, a las mujeres, a los niños, al ambiente, al control de la industria, y entienden que todos los recursos son valiosos y nuestros, de los argentinos y de los correntinos, acá, donde los bosques siguen desprotegidos, los humedales sin presupuesto y las comunidades originarias apartadas de la escena social y política. Es preciso pensar seriamente esto, porque si tenemos sequía es porque, justamente, en nuestro territorio no hicimos eso, escuchar la altísima necesidad de actuar, accionar, trabajar, frente al cambio global, ambiental, precisamente porque no hay políticas de Estado. No se trata sólo de hablar de diversidad, de ambiente o de participación, se trata de que se cumpla una función ejecutiva, que no se cumple porque no existe la ley, o no se cumple la ley, o no hay un destino marcado para los fondos, o no hay fondos, o no se informa qué pasó con los fondos, es lo mismo. Es necesario disputar el sentido de la política correntina.
Desde ECO, se señala al FdT como parte de un modelo de fracaso. En tus palabras ¿Qué es el modelo del FdT?
-Querrán decirlo contrastando como fuerza opositora al oficialismo nacional, pero nada es o ha sido más exitoso, federal o municipalista que el campo popular, que es transversal, abierto y atraviesa a todos los niveles de gobierno. Hablarán de Norte grande, y no hay nada con un modelo más peronista que el Norte grande, que cuando se pensó, se pensó para federalizar la política, con un modelo peronista. Pero debatir eso es atrasar, porque hoy hay que discutir cómo disputar el sentido, y disputarlo. Hablar de política pública cerca de los correntinos ya no es hablar de un modelo, es hablar de amor, de libertad, y eso es el Frente de Todos.
Disputar el sentido de la política, también es hacerlo sobre la dirección del desarrollo ¿Cuál es tu opinión al respecto?
-Desarrollo hoy es tratar de empleo, de la posibilidad del empleo, pero también debe ser del capital de confianza, de quienes quieren invertir y de qué matriz productiva tenemos. Y es necesario subrayar este punto, porque hace poco tiempo atrás hablábamos de pesca y cítricos, arroz, ganado y forestación, y hoy sólo hablamos de arroz, ganado y forestación. ¿Por qué? Porque no se controla, porque incluso dentro de la matriz productiva el capital se expande en sentido monopólico. ¿Cómo se animan a pensar en industrialización sin primero garantizar que los derechos de los correntinos y las correntinas van a ser respetados? Defensa de recursos, defensa de derechos ¿Te das cuenta cómo estamos? El resultado: trabajadores precarizados, estudiantes que no se quedan en su lugar de origen. Nos dejaron en el furgón de cola. Hay que disputar el sentido de la historia y de la política.
¿De qué estímulo provienen tus iniciativas?
-De la gente. El contacto con las personas es la fuente, para todo. Las redes sociales lo amplían. Un ejemplo: una persona me llamó por Whatsapp, era un pescador que tiene una ley de subsistencia, una ley que permitirá a una práctica ancestral sobrevivir, para que dejen de ser corridos por la Prefectura, una ley que trae paz, alivio, en un contexto en el que miles de lanchas año tras año, que entran a esta provincia, se llevan un premio por hacerlo. Es injusticia, porque no hay una ley, y ¿Dónde está la ley? En la costumbre de la gente, de nuestra gente. Hay que tener números, votos, para que eso suceda. Y así, hay más, la ley de salud diversificada, es otra, el parto respetado y muchas más que el Frente de Todos, y nuestro campo nacional y popular, llevan como bandera con muchas energías.
También señalabas la necesidad de debatir una ley de tierras.
-Una ley de tierra, en la que nuestros pobladores son los protagonistas. Una ley que sea una garantía de su bienestar y desarrollo. Una ley que les permita rotar tierras, habitar el Iberá, como ancestralmente lo han hecho, que les permita reconstruirse en comunidades guaraníticas, porque así lo quieren. Participación de calidad. Es preciso dejar de pensar ya que estamos haciendo lo mejor para ellos, y pensar en que ellos deben estar presentes, en el ahora de la política, en el día a día, para que nosotros, los dirigentes y los legisladores, aprendamos y nos rebelemos a ser un número más, adentro. Eso es crear un parlamento con diversidad de opiniones y construir la democracia y la república. Desde otro punto de vista, entender que es preciso que el Ejecutivo comprenda que debe invertir en serio, en su modernización, no decir que invierte seriamente y no lo hace, hacerlo, animarse a hacerlo, y hacerlo con seriedad. Por ejemplo, invertir en crear el Ministerio de Ambiente. Lo queremos. Nuestra provincia es maravillosa, y debemos dar el rango de jerarquía a las áreas que así lo demandan. Las áreas que la política ha determinado como necesarias y protegidas con derechos para elevar la calidad de vida de las personas deben dejar de ser una caja para el poder. Es injusto que las intervenciones del Ioscor, del Icaa, del Invico, y todas las demás, operen como cajas. Y además de ello, sigan sin jerarquía. Eso es impunidad. Los parlamentarios son los responsables de generar el ámbito institucional para que el Ejecutivo invierta. Y controlar los fondos. Debemos controlar muy bien, llamar a los funcionarios, y los funcionarios dirigirse con respeto a los legisladores, no evitar el control del Estado, ni suponer que la fiscalización legislativa no es necesaria. Deben responder, en todo lo que se les demande: salarios, inversión, producción, energía, participación. Deben dejar de ser neutrales. No existe la neutralidad en el ámbito legislativo. Dejar de pensar en llenar vacíos y tomar decisiones de calidad, dejar de socializar los fracasos y hacerlo con las victorias. Debemos disputar el sentido de la coparticipación, poner fin a la represión y exponer públicamente las acciones que atrasan, confiar en el poder del pueblo y dar amparo a la enorme diversidad que en nuestro territorio reclama por nosotros.
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