Leonel Chiarella fue elegido nuevo conductor del Comité Nacional de la UCR con 81 votos en el Plenario de Delegados, sucediendo a Martín Lousteau y convirtiéndose en el dirigente más joven en ocupar ese cargo en los 134 años del partido, con el apoyo de los gobernadores de Provincias Unidas y una mesa directiva de representación federal.
La definición de la nueva conducción de la Unión Cívica Radical dejó en evidencia el peso decisivo del senador Gustavo Valdés y del flamante gobernador Juan Pablo Valdés en el entramado de poder del partido a nivel nacional. Su participación activa en las instancias previas resultaró determinante para destrabar la sucesión en el Comité Nacional, ratificando a Corrientes como uno de los ejes políticos con mayor claridad y capacidad de incidencia en las decisiones orgánicas del radicalismo.
El Plenario de Delegados de la Unión Cívica Radical eligió a Leonel Chiarella como nuevo presidente del Comité Nacional del partido, en una votación que se desarrolló con amplia participación de representantes provinciales y sectores internos.
El intendente de Venado Tuerto obtuvo 81 votos afirmativos y sucederá en el cargo a Martín Lousteau, tras un acuerdo político alcanzado entre los gobernadores que integran el espacio Provincias Unidas, lo que permitió destrabar una sucesión que venía siendo objeto de negociaciones intensas.
La designación de Chiarella fue impulsada formalmente por el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y contó además con el respaldo de los mandatarios radicales que conforman Provincias Unidas, consolidando una mayoría que se expresó en el resultado final del plenario.
De los 106 delegados habilitados para votar, asistieron alrededor de 90, en representación de las provincias, junto a delegaciones de la Juventud Radical, Franja Morada, el Foro de Intendentes, la Organización de Trabajadores Radicales y la UCR Diversidad.
Con esta elección, Chiarella se convirtió en el presidente más joven en los 134 años de historia de la UCR. Hasta el momento, el registro histórico señalaba como el dirigente más joven en ocupar ese cargo al cordobés Gabriel Oddone, quien asumió con 41 años tras la muerte de Marcelo T. de Alvear en 1942, mientras que Hipólito Yrigoyen había asumido con 45 años en 1897, en una etapa fundacional del partido.
El contexto institucional en el que se produjo la elección estuvo marcado por la necesidad de definir una conducción nacional capaz de articular las distintas expresiones territoriales del radicalismo y de proyectar una estrategia política común en un escenario nacional complejo. La sucesión de Lousteau se desarrolló en un marco de debate interno que reflejó diferencias sobre el rumbo partidario y el posicionamiento frente al gobierno nacional y a las alianzas electorales.
La sesión del plenario se llevó adelante en un clima de formalidad institucional, con momentos de consenso y otros de tensión política, propios de un proceso de renovación de autoridades en un partido con fuerte tradición deliberativa.
COMPOSICIÓN DE LA MESA
La nueva conducción del Comité Nacional estará integrada por una mesa directiva con representación federal y diversidad de trayectorias políticas. Chiarella estará acompañado por Piera Fernández, ex presidenta de la Federación Universitaria Argentina, quien asumirá como secretaria general, mientras que Inés Brizuela y Doria, de La Rioja, ocupará la vicepresidencia primera, Javier Bee Sellares, de Córdoba, la vicepresidencia segunda, y María Inés Zigarán, de Jujuy, la vicepresidencia tercera.
Además, la estructura de secretarías incluirá a Daniel Kroneberger, de La Pampa; Gabriela Valenzuela, de Corrientes; Danya Tavela, de Buenos Aires; Ramón Mestre, de Córdoba; Agustina Madariaga, de Río Negro; y Daniel Angelici, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La conformación de este equipo busca reflejar un equilibrio territorial y político dentro del partido, incorporando dirigentes con experiencia legislativa, ejecutiva y partidaria.
El plenario contó con la presencia de referentes centrales del radicalismo, entre ellos Gerardo Morales, gobernador de Jujuy; el senador provincial Gustavo Valdés y el gobernador de Corrientes, Juan Pablo Valdés; y el propio Pullaro, quien tuvo un rol clave en la propuesta del nuevo presidente. Todos ellos participaron de una reunión previa a la votación, en la que intercambiaron posiciones sobre el futuro del partido y la necesidad de fortalecer su rol institucional.
A último momento, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, se hizo presente para manifestar su disconformidad con la elección y decidió que sus delegados no integraran la mesa directiva. Cornejo representa un sector crítico de la estrategia impulsada por los integrantes de Provincias Unidas y su postura evidenció las diferencias internas que atraviesan actualmente a la UCR en relación con su posicionamiento político.

