La tecnología digital plantea muchos desafíos en la sociedad en la actualidad. La educación, el ocio y la vida en familia se asocia al uso constante de Internet.
Sin embargo, en los niños, que se encuentran en etapa de desarrollo, la hipervulnerabilidad los deja expuestos también a efectos negativos de este entorno. Riesgos como de contenido, de conducta, de contacto y de consumo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida abreviadamente como Unesco, mencionó que los niños y adolescentes menores de 18 años representan aproximadamente uno de cada tres usuarios de Internet en todo el mundo.
Además, un número mayor de pruebas empíricas revelan que los niños están accediendo a Internet a edades cada vez más tempranas. En algunos países, los niños menores de 15 años tienen la misma probabilidad de usar Internet que los adultos mayores de 25 años.
Los teléfonos inteligentes están alimentando una «cultura del dormitorio», y para muchos niños el acceso en línea es cada vez más personal, tiene un carácter más privado y está menos supervisado.
En la Argentina, el acceso al teléfono móvil se da a una edad promedio de 9,1 años, mucho más temprana que en otros países de la región.
En el país, el 46 por ciento de los niños pide contar con un dispositivo antes de los 7 años y el tiempo frente a las pantallas promedia las cuatro horas diarias, también por encima de otros países.
EL LIBERTADOR averiguó acerca de esta temática con la licenciada en Psicología, Cynthia Calgaro (M.P 964), quien contó: «En estos últimos tiempos muchas consultas hubo por niños que navegando en YouTube se encontraron sin quererlo con contenido oscuro».
Recomienda que el niño puede utilizar un móvil, pero «en todo caso, a partir de cierta edad lo que podría tener es un teléfono básico únicamente para mensajes y llamadas, sin posibilidad de acceder a otras aplicaciones, aún se pueden conseguir nuevos en Mercado Libre, por ejemplo».
GROOMING
El grooming y, en su evolución digital, el online grooming (acoso y abuso sexual online) son formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente, con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarse en una actividad sexual.
Muchas veces se realiza usando una identidad falsa y creando un vínculo de confianza, que puede ser difícil de reconocer como violencia en un primer momento. También puede ser alguien conocido del círculo íntimo, o un desconocido que no oculte su identidad.
Es importante saber que, aunque la violencia ocurra en forma virtual, el daño que produce es real y es necesario intervenir para restituir los derechos vulnerados.
Sobre el mismo, la psicóloga comentó: «Más allá de la educación, lo cierto es que los niños no tienen capacidad de discernimiento frente a ciertos peligros que los adultos sí podemos contemplar. Hay advertencias que para creer en ellas primero tenemos que vivirlas; por lo tanto, para evitar el grooming es necesario estar atentos. No podemos hablar de respeto a la privacidad en un ser humano que aún no madura lo suficiente como para cuidar de sí mismo».
Desde diciembre de 2013, el Código Penal establece que el grooming es un delito que puede tener una pena de prisión de 6 meses a 4 años. Además, puede ser la antesala a otros delitos, por ejemplo:
-Obtener material de abuso sexual contra las infancias, ya sea para archivar o para difundir o comercializar en redes de explotación sexual contra las infancias y adolescencias.
-Generar encuentros personales con sus víctimas con intenciones de cometer un abuso sexual físico.
Para prevenir y luchar contra este delito penal, a través de la Ley N° 27.590 Mica Ortega, se creó Clic Derechos-Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o ciberacoso contra niñas, niños y adolescentes.
La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), como el órgano de aplicación de esta ley, genera estrategias para acompañar a las infancias y adolescencias en el uso de las pantallas, prevenir las violencias digitales y construir junto a toda la comunidad entornos seguros para el desarrollo de su ciudadanía digital.
CIBERBULLYING
Ciberacoso es acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Puede ocurrir en las redes sociales, las plataformas de juegos y los teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas.
El bullying siempre existió pero, agrega Calgaro: «En estos tiempos, los jóvenes tienen más herramientas para ejercer el hostigamiento, incluso desde el anonimato. Estás situaciones por lo general los niños lo viven en silencio, pero los que pueden hablar con sus padres al respecto a veces no reciben las herramientas suficientes para enfrentarse a ello».
De esta forma, insiste: «Se requiere mayor fomento de información para la prevención, mayor educación emocional -primero desde la casa y después en el colegio-. Un niño que se cría con información acerca de las consecuencias de ejercer el hostigamiento es un niño que podrá tener la conciencia para optar por no manejarse de esa manera».
Las situaciones que se pueden llegar a dar son por ejemplo:
-Difundir mentiras o publicar fotografías o videos vergonzosos de alguien en las redes sociales.
-Enviar mensajes, imágenes o videos hirientes, abusivos o amenazantes a través de plataformas de mensajería
-Hacerse pasar por otra persona y enviar mensajes agresivos en nombre de dicha persona o a través de cuentas falsas.
RETOS VIRALES
Los retos virales son una invitación a hacer algo extremo, arriesgado o doloroso, en la mayoría de las veces sin sentido. Cada persona comparte en las redes sociales una foto o video con el desafío cumplido.
Hace poco, ocurrió el caso de Milagros, una niña de 12 años que fue encontrada sin vida en su casa de Capitán Bermúdez.
Su familia aseguró que la niña murió mientras intentaba realizar un reto viral de la red social TikTok y se alertó nuevamente sobre ese tipo de contenidos y sus riesgos.
Calgaro añadió: «Por eso mismo, no podemos estar tranquilos con saber que nuestros hijos solo miran dibujos animados, es justamente esa búsqueda la que los conecta con videos peligrosos».
YouTube, por ejemplo: «Es una herramienta útil para nosotros, pero para los niños la realidad es otra».
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