Desde 1900, el pueblo de San Luis del Palmar peregrina hacia la basílica de Nuestra Señora de Itatí en conmemoración de la Coronación Pontificia de la Virgen, que se realizó el 16 de julio de aquel año.
Es una celebración religiosa que congrega año a año a cientos de miles de fieles y devotos, según reseñaron desde el Museo del Pueblo Peregrino a EL LIBERTADOR.
La movilización, que se prepara con muchos meses de anticipación, se realiza a pie, a caballo, en carros, carretas y vehículos, acontecimiento donde nunca puede faltar el avío del peregrino, que se refiere a los alimentos y «lo que uno lleva en el corazón».
DOS AÑOS ETERNOS
En diálogo con dos miembros del Museo del Pueblo Peregrino, Fabián García y Nahuel Ramírez comentaron que, en días previos, la algarabía y la ansiedad estuvieron presentes en cada rincón del pueblo. Entre la gente, era normal escuchar decir «ya hay olor a 13 de julio». «Es que sí, fueron dos largos años, donde el sanluiseño sólo se preguntó: ¿Cuándo volveremos?», manifestaron.
De acuerdo a la tradición, la peregrinación se inicia cada año el 13 de julio a las 8 desde la parroquia San Luis Rey de Francia y culmina con la vuelta de los peregrinos el 18. «Dos eternos años de espera hicieron que mucho tiempo antes nos empecemos a preparar con mucha emoción para volver a peregrinar», señalaron los miembros del museo.
«En las calles encontramos distintas postales que hacen a la identidad de este suelo peregrino: carpas tendidas al sol, familias preparando sus avíos, sus carretas, toldos de colores, las indumentarias tradicionales; sanluiseños y turistas visitando el museo, la gente haciendo caminar a sus caballos alrededor del pueblo, personas ya acampando a la vera de la ruta y cualquiera sea el lugar al que uno vaya, es inevitable escuchar conversaciones sobre la peregrinación a Itatí», contaron.
El reencuentro de muchas familias es otra postal entrañable. Desde otros puntos de la provincia y el país, llegan en estos días para compartir este suceso «tan caro a los sentimientos de todos los sanluiseños».
DÍAS PREVIOS
Con respecto al «folklore previo», ambos jóvenes comentaron que la gente participó de los distintos festivales tradicionales que se realizan antes del 13 de julio, como la infaltable bailanta de despedida a los peregrinos que se realiza el 12 de julio por la noche en la mítica «Pista Rincón Soñado». En este escenario desfilaron artistas de la talla de Tránsito Cocomarola, Ernesto Montiel, Tarragó Ros, Salvador Miqueri, Los Hermanos Barrios y muchos más.
En las semanas previas, sobre todo al acercarse el día de partida, hay algo que no puede faltar: el «avío del peregrino». Este alimento tradicional para los seis días de viaje, invita al compartir, ya que no sólo alimenta al grupo familiar, sino que se hace en abundancia para todo aquel que se acerque y lo necesite. Entre los platos que conforman el popular «avío del peregrino» se encuentran chicharrón, butifarra, charque, queso de chancho, matambre, arrollado de pollo y carne, pollo hervido, pastelitos, empanadas, tortas de queso, entre otros.
«Este año es particular, tardó mucho en llegar la tan esperada peregrinación. A esta altura, ya nadie recuerda todos los sufrimientos pasados y la angustia de no poder movilizarnos durante la pandemia. Hoy, todo en el ambiente es fervor, alegría y esperanza de volver a compartir este momento como pueblo peregrino que somos y besar de nuevo el manto de nuestra madre, María de Itatí», concluyeron.
PARTIDA
Impacientes por volver a escuchar el inconfundible tañir de campanas de la parroquia a las 8 en punto, señal de partida de San Luis Rey de Francia, esta mañana se congregaron frente al atrio.
Puntual, el Santo Peregrino partió acompañado de su pueblo devoto, rumbo a la casa de la Virgen de Itatí.