El emprendimiento de Hugo Ramoa, llamado Huguer, se erige como una solución fundamental para una necesidad creciente, demostrando cómo la observación y la empatía pueden generar un servicio en el cuidado de las mascotas.
Es así que, como remisero, con una década de experiencia, identificó una brecha y dio forma al emprendimiento que ha pasado de ser una respuesta ocasional a una actividad principal en el traslado de animales.
En diálogo con EL LIBERTADOR, Hugo relató que la creación de Huguer se remonta a una observación clara: «De 10 remiseros, uno acepta un perro. Y el que acepta quiere que sea chiquito, que lo lleves en el regazo, que no se mueva, que no sea un perro, más o menos».
La oportunidad se presentó cuando un rescatista lo abordó al ver su cartel de remis mientras trasladaba a su propio perro grande al veterinario. Este encuentro fortuito puso de manifiesto una demanda insatisfecha.

El servicio cobró impulso inicialmente entre los rescatistas de animales, quienes se convirtieron en la primera red de contactos. «Y ahí, entre ellos, ya empezaron a tener mi número», expresó.
Sin embargo, advirtió que la necesidad no se limitaba a ellos sino que «también hay gente que quiere llevar su perro a castrar, pero ponele que a la vuelta no lo puede traer porque está dormido», señaló.
Así, «de boca en boca», especialmente durante las jornadas de castración, su número comenzó a circular entre particulares.
DE QUÉ SE TRATA
La singularidad de Huguer radica en su adaptabilidad y experiencia. A diferencia de los servicios de transporte convencionales, Hugo permite que la mayoría de los perros viajen sueltos en el vehículo.
«La mayoría va suelto: yo no sé lo que tiene, pero automáticamente entran al auto y se tranquilizan», afirma, destacando que en diez años nunca ha sido mordido por un perro, incluso por aquellos considerados «agresivos» o «locos».
Los gatos, sin embargo, requieren un manejo diferente debido a su nivel de estrés fuera de casa. Para ellos, el transporte es obligatorio «en una mochila, o en un bolso, o en un canil,» a menudo tapados para mitigar su ansiedad.
El servicio de traslado de mascotas -en sus redes aparece como: @traslado_de_ mascota_huguer- ahora es la actividad principal de Hugo, tiene un costo superior al de un remis tradicional considerando los imprevistos que pueden surgir: «Si un perro hace su necesidad dentro del auto, yo tengo que parar de trabajar. Yo no puedo levantar a una persona, tengo que limpiar el auto, tengo que sacarle todo lo que sea, para limpiar el auto y que quede higiénico», explica considerándolo «un gaje del oficio».
A lo largo de los años, los tipos de traslados se han diversificado. Desde las visitas rutinarias al veterinario hasta viajes de recreación, como llevar perros a la Costanera, la demanda se ha ampliado. Huguer también ha facilitado traslados de larga distancia, incluyendo viajes interprovinciales, como un recorrido a Posadas con un perro.
Mejoras tras el rescate

Hugo relató que fue testigo de la transformación que logran los rescatistas: «He ido a buscar perros que estaban con agujeros llenos de gusanos, pero recontra maltratado, flaquito. Y a los 3, 4 meses llevar el mismo perro y es irreconocible. Es increíble cómo los rescatan y cómo los tienen bien», destacó.
Finalizó contando que el nombre «Huguer» surgió de manera natural, combinando su nombre Hugo con la popularidad de la plataforma Uber, «mis amigos empezaron a llamarme así y me pareció simpático».

