EL LIBERTADOR volvió a mostrar una perspicaz perspectiva de la coyuntura, en este caso local. Lo hizo ante los presuntos casos de abusos en un hogar de niños en Virasoro. Fue luego de diferentes escraches, manifestaciones y declaraciones mediáticas. A ello se sumó la dosis de la espectacularidad virtual de los acontecimientos y protagonistas que en los últimos años se aplican a diferentes sucesos gracias a las redes sociales.
16-CONTRATAPA-14Ayer, el propio gobernador, Gustavo Valdés aseguró que «sin dudas» fue politizado el caso. Remarcó que se aplicaron todos los protocolos institucionales para que la Justicia pudiera avanzar con las investigaciones.
Resulta conveniente mencionar que el hecho se conoció mediáticamente el pasado jueves 10, pero un par de días antes ya se había apartado a la responsable de la institución. «Preventivamente, hicimos que la persona que estaba al frente diera un paso al costado, para no entorpecer la investigación», señaló el mandatario provincial, quien además detalló que las presuntas víctimas serían «en total 14 chicos, 4 niños y 10 nenas».
Al ser consultado por el posible aprovechamiento político que se dio a través de las redes, así como en algunos medios, Valdés respondió en forma tajante: «Sin dudas».
No es una nimiedad que este tipo de acontecimientos tengan ese reparo, nada menos de un Gobernador. Es que situaciones de este tipo colaboran para la efervescencia social, la cual sirve para aquellos con intereses subrepticios que están más allá de cualquier escrúpulo.
Este marco de situación ya se advirtió meses atrás, con unos policías de Alvear, donde el revuelo mediático y el accionar vacilante de la jueza, Sara Durand abrió un abanico de dudas sobre el accionar de la fuerza, algo que fue despejado con el correr de los días. Sin embargo, no se evitó un innecesario e inconveniente daño a la institución y a los efectivos apuntados.
Otros casos parecidos se vieron con las acusaciones contra Víctor Cemborain, el ex intendente de Mercedes, así como Mariano Garay, el mandatario de Santo Tomé, y el ex diputado, Manuel Sussini, entre otros que debieron sortear denuncias y escraches hasta que se llegó a la verdad.
La actualidad impone a los medios de comunicación la necesidad de extremar el análisis de la información que se recibe. Tal como se realiza en EL LIBERTADOR, donde se prioriza la veracidad y la comprobación de los hechos antes de la inmediatez.
Las fake news están a la orden del día. También, la incentivación al escarnio público, luego de informaciones tendenciosas sobre hechos en los que se deben aguardar por definiciones judiciales, para no dictar sentencias sociales, así como para que no se concreten agresiones masivas. Es que, en la mayoría de este tipo de hechos, y cuando la verdad sale a la luz, los que pregonaron todo lo contrario y operaron para confundir a la gente, siquiera se preocupan por rectificarse o darle voz a quienes acusaron.
Por el momento, la responsabilidad mediática, virtual y social, una materia pendiente de la actualidad provincial, nacional y -también- mundial.
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