En enero de 2010, la llegada de tres cachorros de puma a lo que hoy es el ex zoológico de la Capital movilizó a los vecinos. Provenían de Río Negro y fue tal la novedad, que hicieron un concurso para elegirles los nombres. Se los llamó India, Chico y Romeo, y su presencia pasó ser una impronta en ese espacio de la ciudad hasta su cierre en 2013. Hoy, casi doce años después, sólo quedan dos y, lejos de la exhibición, llevan una vida tranquila, con todos los cuidados que necesitan en el Centro de Conservación Aguará, en Paso de la Patria.
«India y Chico son ahora animales gerontes para su especie, es decir que tienen una edad muy avanzada. Tienen trece años, pero ambos están en muy buenas condiciones. Sin embargo, como permanecieron toda su vida en cautiverio, no pueden rehabilitarse para volver a silvestría», explicó a EL LIBERTADOR la encargada del área de Difusión y Educación Ambiental del Centro Aguará, Catalina Mancedo.
Por el hecho de no poder volver a ser liberados en su ambiente natural, pasaron a ser parte de lo que se conoce como el plantel estable del centro y no son exhibidos para entretenimiento o diversión de las personas. Aun así, cumplen una función muy importante, la de educación ambiental.
«Se dice que hoy tienen esta función porque lo que se hace es justamente educación ambiental contando sus historias. ¿Por qué llegaron ahí? ¿Por qué no pueden ser liberados? Pasa con muchos otros ejemplares del plantel estable que inclusive fueron víctimas del mascotismo o el maltrato animal. En este caso, llegaron al antiguo zoológico siendo cachorros y entonces tienen una condición irreversible como para poder rehabilitarlos y liberarlos», contó Catalina.
También explicó el porqué de la no exhibición de ese plantel de animales que no puede liberarse. «No son exhibidos para entretenimiento o diversión, porque esos serían como uno de los objetivos que tienen los zoológicos. Entonces tachamos esto para que la gente no venga exclusivamente a ver animales a Aguará, sino que les enseñamos que estos animales son ejemplo de cosas que no tenemos que repetir», remarcó.
«Ellos fomentan la educación ambiental por su historia y además, porque nos ayudan a contar las condiciones en las que se encuentra su especie en silvestría. Por eso también decimos que ahora cumplen esa función. Les dimos un rol súper importante para un centro de rescate», completó.
NUEVA VIDA
En el Aguará enseñan, por ejemplo, que el puma es una especie nativa que tiene una distribución muy amplia en nuestro país y representa uno de los grupos clave como depredador en el funcionamiento y equilibrio de los ecosistemas naturales.
Destacan además que no son animales con comportamientos agresivos. Pero lamentablemente en la naturaleza presentan diferentes amenazas para su conservación, como la destrucción de su hábitat, la caza deportiva, represalia por ataques al ganado o atropellamientos en rutas y caminos.
Romeo, India y Chico llegaron a Corrientes, rescatados por el personal de Fauna de Río Negro. Estas personas los salvaron porque iban a ser destinados a un coto de caza. Fueron y son sobrevivientes.
Romeo fue el primero en morir, el año pasado. En marzo de este año, Chico tuvo una intervención oftalmológica y se le colocó una prótesis en su ojo derecho. Hace poco, fue trasladado hasta un nuevo recinto. Se trata de un espacio más amplio y ambientado para que él pueda trepar y saltar, que también cuenta con un refugio para dormir y una pileta para apaciguar el calor correntino.
India, por su parte, se encuentra en perfectas condiciones para su edad. Aunque está en otro rencito debido al carácter que siempre tuvo su hermano. Los dos reciben un entrenamiento especial en el centro. Es un proceso estimulante y ayuda a mantenerlos atentos, activos y romper con la rutina del cautiverio. Su historia, es ahora una herramienta de educación para un verdadero cambio.
.