Tanto el radicalismo como el justicialismo de la «Petit París» correntina viven momentos álgidos, teniendo en cuenta que es un año electoral y es el segundo distrito en importancia. El «retiro» de Osella (momentáneo) y las reyertas peronistas transforman al territorio en un escenario bélico. Ambas fuerzas políticas analizan cada semana las variables posibles que mayor atracción generen en el electorado. Saben que los que vayan por la Gobernación dependerán de los sufragios que allí se obtengan. Más allá de que éstos no vayan aparejados con la suerte de quien pelee por la Intendencia. Ya que el vecino goyano sabe cortar boleta.
Como siempre en cada acto electoral provincial, la atención del poder local se centra en los principales distritos. Uno de ellos, el segundo en relevancia después de Capital, es Goya. Allí el contexto es atractivo en cuanto a las rispideces internas vigentes en las fuerzas más votadas de la Provincia: el PJ y la UCR.
En primer lugar, resulta oportuno analizar la situación del partido con mayor tracción de sufragios a escala provincial. En el justicialismo goyano se vive una actualidad que se condice con la coyuntura partidaria correntina. Se maniobra en un limbo, sin un timón de mando establecido a través de la Intervención acéfala del partido en Corrientes y con varios pleitos entre la dirigencia de la «Petit París».
Las peleas puertas adentro del peronismo goyano tienen repercusión general, puesto que de dicho distrito depende una cantidad sustanciosa de votos que son necesarios para el conjunto del peronismo correntino.
Si bien las diferencias de cabotaje quedan expuestas por la pelea de quién irá por la Intendencia (ver nota aparte), en el PJ son conscientes de que el resultado municipal no va de la mano con el provincial. Así ocurrió en las últimas dos elecciones. En una, para Gobernador obtuvo más votos Ricardo Colombi, pero la Jefatura comunal quedó en manos del «Profe» Bassi. Después, en 2017, se dio a la inversa. Ganó Camau por sobre Valdés, pero el Municipio lo recuperó el radicalismo mediante la figura de Osella.
Estos antecedentes le dan una relevancia excluyente a este territorio. Aunque en esta oportunidad también se considera clave que, por lo menos, se busque recuperar el bastión municipal ante una enclenque realidad de los radicales. Así, después se podrá pretender que la fórmula para la Gobernación haga lo propio, asegurando un apoyo en las urnas que se traduzca en una buena performance en las generales provinciales.
¿Y LOS DE LA UCR?
La decisión de Osella, de no aspirar a la «re», dejó a los correligionarios goyanos y provinciales groguis. En la segunda ciudad de la Provincia, la UCR padece lo que en el boxeo se conoce como mandíbula de cristal. Su mejor púgil es el actual Intendente. Pero cuando éste no está en las boletas, quedan expuestos a un golpe en la quijada que los noquea. Ya les ocurrió cuando Ricardo Colombi no pudo lograr la habilitación judicial de las «re-re». Ahora, por una cuestión personal del también ex Ministro de Industria, los de Alem quedaron tambaleándose.
De todas formas, desde 25 de Mayo y Salta de la Capital correntina reconocen que casi a diario intentan convencer a Osella de recapacitar y colaborar con su potencial electoral en lo que será una atractiva batalla municipal.
Al unísono, también avanzan con el sondeo de figuras (ver nota aparte) que puedan ser de la partida eleccionaria. Algunos confían en que el errático andar peronista no demande un candidato taquillero, a la espera de que el solo acompañamiento de Valdés, Ricardo y del propio Osella sirva de catapulta hacia el sostenimiento del bastión.
La disputa peronista
Son varios los nombres que en Goya quieren ir por la Intendencia. El que primero mostró sus cartas fue el senador, Rubén Bassi. El ex Presidente del PJ local se manifestó hace meses al respecto, blanqueando una pretensión que desde hace mucho zanjó una contienda familiar con el ex intendente, el «Profe» y su hijo, el diputado Marcos.
De acuerdo a los rumores que circulan en el distrito, la reconciliación podría alcanzarse, más allá de que para muchos sería una quimera. Cada uno de los Bassi estaría lanzando canales de diálogo mediante emisarios, en pos de priorizar la estrategia política por sobre las cuestiones personales.
Otro de los que podría explicitar su idea de anotarse para la fórmula justicialista goyana es Juan Domingo González. Fue quien se ocupó de tapar el hueco que dejó Darío Zapata, quien renunció a la Viceintendencia en la gestión del «Profe». Fue concejal en dos períodos consecutivos y Presidente del Deliberante durante tres años, cumpliendo el rol de Vice.
No son pocos los que lo ven como una buena opción alejada de los Bassi, para mostrar al electorado una oxigenación dirigencial demandada a la clase política en todas las escalas (nacional, provincial y municipal).
En contra le jugaría el perfil camporista que asumió por un tiempo. Aunque luego desistió de ello tras pelearse con el referente de la juventud kirchnerista y diputado nacional, José «Pitín» Aragón. Este alejamiento de La Cámpora colaboraría para ser tenido en cuenta por las bases.
Retomando las ambiciones dentro del «clan Bassi», aparece Daniel Lesteime, que sería un alfil impulsado por Gerardo, quien perdió capacidad de maniobra tras ser apuntado por la Justicia. Se trata de una figura que trabajó como Secretario de Educación Municipal en 2013. Desde 2017 es Concejal por el Frente de Todos.
Radicales, bajo debate
Al conocerse la intención del intendente, Ignacio Osella de no ir por un mandato más, comenzó la danza de nombres para ocupar la principal candidatura municipal de ECO, alianza en la que la UCR ya marcó la cancha y pondrá sus nombres para cada municipio.
Apenas horas después de manejar la posibilidad de no contar con el Jefe comunal para la «re», algunos levantaron las manos para ser notados por la cúpula provincial partidaria. Es que desde la UCR se dio libertad de acción a quienes pretendan instalarse dentro del electorado goyano.
Aun así, están bajo análisis algunos dirigentes con cierta trascendencia en los vecinos. La concejal Valeria Calvi; el secretario de Desarrollo Humano de la Comuna, Mariano Hormaechea y el interventor del Instituto Provincial del Tabaco, Cristian Vilas están en el bolillero. También está la posibilidad de introducir algún personaje más alejado de la política en sí. En dicho caso, el histórico referente de la Comupe, Samuel Cáneva ingresaría para el debate.
Cada uno de los mencionados cuenta con un padrinazgo conocido por la comunidad goyana. O sea, saben de qué extracción radical provienen.
En el caso de Hormaechea, sería la jugada automática digitada por Osella, puesto que es un alfil que desde hace tiempo circula en el Municipio en puestos de relevancia institucional y política.
En cuanto a Calvi, representa la imagen femenina que por estos tiempos se demanda estratégicamente. Y en Goya, la avanzada de las mujeres es de consideración dentro del electorado.
Y sobre las posibilidades de Cristian Vilas, éste cuenta con una excelente relación con Gustavo Valdés. Aunque también se tiene en cuenta el desgaste sufrido por los constantes conflictos con el sector tabacalero, por lo que no dependería sólo de su afinidad con el Gobernador.
Respecto a Cáneva, sería otra movida estratégica del actual Intendente y también tendría buena consideración de Valdés, sin que hasta el momento se haya conocido una manifestación pública de aspirar a la competencia.