En poco menos de un mes, Corrientes dio fuertes señales contra el maltrato animal. Dos fallos recientes, uno judicial y otro administrativo, sentaron precedentes firmes en la protección de los animales y en el reconocimiento de su condición de seres sintientes. Ambos casos involucraron intervenciones rápidas y sanciones severas.
El más reciente se resolvió en tiempo récord: en apenas nueve días desde la formalización de la acusación, tres hombres fueron condenados por maltrato animal y atentado contra la salud pública. Raúl Arnaldo Cafferata, Julio César De Souza y Pilinco Rolando Ramón Ariel fueron encontrados culpables de transportar, en condiciones deplorables, a 14 aves destinadas a riñas clandestinas.
La operación que descubrió el accionar se realizó sobre la Ruta Nacional N° 123, en jurisdicción de Felipe Yofre, donde Gendarmería Nacional detectó una camioneta con gallos y una gallina atados, inmovilizados, sin condiciones sanitarias y en estado de sufrimiento.
Además de los animales, se hallaron herramientas utilizadas en peleas ilegales. Las aves, deterioradas y sin trazabilidad sanitaria, debieron ser sacrificadas e incineradas por disposición del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), ante el riesgo que representaban para la salud animal y humana.
La causa fue resuelta a través de un juicio abreviado pleno, que concluyó con una condena de un año de prisión condicional y reglas de conducta para los imputados, de acuerdo a la información proporcionada desde el Poder Judicial de la Provincia.
El otro caso tuvo lugar en la ciudad de Corrientes y se resolvió en el ámbito de los Tribunales Administrativos de Faltas. Una yegua criolla fue hallada desplomada en la vía pública, desnutrida y con signos de sobrecarga. La yegua fue abandonada por sus tenedores, luego de no poder levantarse.
La alerta emitida por vecinos al número 147 permitió una rápida intervención del personal municipal, veterinarios y la Policía. El animal fue atendido, estabilizado y trasladado a un campo adoptante, fuera del entorno urbano.
Ante esa situación, el Juzgado de Faltas Nº 4 aplicó la máxima sanción prevista por el nuevo Código de Convivencia Municipal: una multa de 480 mil pesos por tenencia irresponsable y maltrato. «El animal no es una cosa. Es un ser sintiente, parte de un ecosistema que compartimos y debe ser respetado», sostuvo en ese momento el secretario de Coordinación de Gobierno de la Municipalidad, Hugo Calvano, quien destacó que se trata del segundo caso de este tipo resuelto en los juzgados de faltas.
CONSTANTE LUCHA
Los fallos reflejan un cambio de paradigma, en el que la articulación entre fuerzas de seguridad, organismos técnicos y la Justicia, tanto penal como administrativa, permite respuestas rápidas, efectivas y ejemplares frente a hechos de maltrato animal.
Presencia de fauna
silvestre en zonas urbanas
La presencia de fauna silvestre en áreas urbanas refleja el deterioro ambiental y la pérdida de ecosistemas. Así lo advirtió el ambientalista Luis Martínez, al señalar que estos animales quedan expuestos a amenazas como el tráfico, la caza furtiva y los atropellamientos. «Cuando un animal aparece en la ciudad, está buscando alimento, agua o refugio. Elementos que ya no encuentra en su ambiente natural», explicó y llamó a no naturalizar episodios: «Este fenómeno nos interpela como sociedad y exige proteger los ambientes nativos que hoy están siendo destruidos», concluyó.