Mandiyú derrotó a Boca Unidos. Le ganó 2 a 1 con un gol agónico de Guillermo Barreto en el minuto 51′ de la etapa final. Y son esos triunfos que más se disfrutan. Por la forma en que se resolvió el juego cuando el empate parecía un resultado inamovible.
El juego sobresaliente de la séptima fecha se disputó en el estadio de Huracán Corrientes ante una muy buena cantidad de público.
En la primera mitad, el equipo de Walter Zacarías arrimó un poco más de peligro en un juego de acciones que no terminaba de contagiar en los presentes en el estadio «azulgrana». La más clara de los primeros 45′ fue un centro que no pudo darle dirección frente al arco, Barreto y su remate se perdió por encima del travesaño, después Iván Mosqueda en buena posición no pudo definir ante el achique del golero, David Acuña.
En la etapa final llegaron las emociones. El primero que festejó fue Mandiyú. Tiro libre perfectamente ejecutado por Gonzalo González, desde el sector derecho casi apoyado en el vértice del área y la pelota que luego de pegar en el palo se introdujo en el arco boquense. Casi no tuvo tiempo de festejo el «albo», porque Boca Unidos alcanzó la paridad con un remate de Edgar Villán casi pisando el área y metiendo la cinco junto a uno de los palos del golero, Brian Aranda. De ahí en más el juego perdió explosión en los metros finales. Y en los minutos de cierre el empate era un resultado que todos imaginaban que decoraría el tanteador final.
Pero Mandiyú tenía la sorpresa para el cierre. González ejecutó un tiro de esquina que cayó por detrás del punto del penal y ahí la fue a buscar Barreto para tirarle toda su carrocería al defensor boquense y mandar la número cinco a la red.
El gol desató la locura y celebración entre los seguidores del «albo» que le terminaron amargando la tarde al «aurirrojo».
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