Lo atribuye a un grado inédito de hiperinformación. «Hoy una cadena de tuits te puede voltear a un Gobierno», dice.
02-TAPA-POLITICA-29El periodista Ignacio Zuleta asegura que el Estado contemporáneo «vive una crisis que yo creo que es universal, no tiene solución, vamos hacia un mundo más horizontal, anárquico, descentralizado, donde la construcción de la sociedad va a ser no estados centrales y poderosos, sino más comunales, municipales, asambleístas y hay que aceptarlo como una realidad, no como una desgracia».
Dijo que el «fantasma» de Venezuela es sólo un argumento electoral que no tiene asidero en la realidad.
Sobre estos temas, el periodista de Clarín dialogó con su colega correntino Rubén Duarte en el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes en dúplex con LT25 Radio Guaraní, de Curuzú Cuatiá.
A continuación, los tramos más significativos de esa charla:
Ignacio Zuleta, el Gobierno pretendía montar la campaña sobre lo económico y la vacunación y todo lo demás, y ahora es como que se complicó todo si esos van a ser los ejes de la campaña…
-Yo creo que la tendencia de los gobiernos a montar la política sobre la peste, es una decisión universal, ha pasado en todo el mundo. Después de lo de Trump, que en enero de 2020 todo el mundo, empezando por él, presumía que iba a ganar sin problemas y hoy está en la casa esperando que llegue el patrullero. Y Merkel que era una gobernante eterna de un prestigio indiscutido, se retira del Gobierno porque su capacidad de alianza para poder subsistir en esta crisis es terrible. Y en España donde desaparece Podemos, que parecía el futuro y ahora resulta que era el pasado. O sea, la crisis de los gobiernos globales con la peste, ha terminado de verificarse. Es un fenómeno que lo vimos antes, en 2019, la caída de los gobiernos de Evo Morales, Piñera, Vilma, Perú, en el mundo había una convulsión que yo creo que tiene que ver con la incapacidad de los estados y gobiernos de resolver los problemas de la sociedad, que son cada vez más… No digo que son mayores, yo creo que hay menos problemas que antes, hoy hay más gente que come que antes, hoy hay más igualdad que antes, hay más plata que antes, más comida, o sea que este mundo es mejor que el que vivimos antes. Ahora, la sociedad está rebelada, conducida por el Guasón, o sea no hay forma de que la gente no se entere de todo lo que pasa y no hay forma que deje de ejercer poder sobre el poder, con la decisión del voto o diaria de encuestas permanentes. Una cadena de tuits te voltea un Gobierno. Ese estado de crisis del Estado contemporáneo, yo creo que es universal, no tiene solución, vamos hacia un mundo más horizontal, anárquico, descentralizado, donde la construcción de la sociedad va a ser no estados centrales y poderosos, sino más comunales, municipales, asambleísta y hay que aceptarlo como una realidad, no como una desgracia. No hay que volver a construir un Estado como el de antes que ya no tiene mucha vigencia.
LIDERAZGOS
EN BAJA
Tiene que haber en un contexto de campaña una suerte de aceptación de que es así, de que los liderazgos terminan como pulverizados por esta pandemia, ¿no?
-Los políticos creen, guiándose en los espejos que te digo de Merkel, Trump, Sánchez o de Piñera o de Evo Morales que era la revolución, el dictador perfecto, autoritario y pagaba las expropiaciones y la moneda de Bolivia era la más estable en el mundo y acumula reservas, es admirado por el Fondo Monetario y hace la revolución aborigen… Esos modelos estallaron por el aire. Entonces los políticos cuando van a la campaña dicen: «Tratemos de salvarnos». Y yo creo que van un poco resignados a que la sociedad les va a cobrar a los estados esto. Y le pasó a (el primer ministro británico, Winston) Churchill: en 1945 cae Berlín en abril, lo matan a Hitler y en junio o agosto va a elecciones y pierde. Lo mandaron a la casa, cuando había ganado la Segunda Guerra Mundial y derrotado a Hitler, cambió el Mundo y lo mandaron a la casa. Entonces ¿qué puede hacer un gobernante? Tiene que resignarse. Por lo menos en la Argentina, yo creo que tienen el recurso de entender que es un país que tiene un sistema político tan estable, que repite el voto en todas las elecciones, 40 por ciento voto no peronista, Angeloz 89 contra Menem, 40 y pico de Macri en 2019, ganando en 5 de los 7 distritos más grandes de la Argentina la elección a la carrera presidencial, aunque pierde en la nacional. Por eso en la Argentina no hay incidentes. Colombia balea un helicóptero, Piñera perdió dos elecciones y le han cambiado la Constitución, en Brasil no se sabe dónde vamos… O sea que la Argentina tiene estabilidad. Y lo que va a ocurrir, es una elección que yo creo que no va haber novedad, va a ser más o menos el mismo resultado de todas las elecciones en donde el no peronismo ha podido unificarse y resistir unidos, cosa que no ocurrió siempre. Y el peronismo tiene la oportunidad de sostener el voto que tuvo porque se mantiene unido tapándose la nariz, porque si hay algo que no tiene nada que ver, es Cristina Kirchner en el Instituto Patria que es un populismo que presume de conservadurismo peronista de derecha, pero presume, está fabricado para Página/ 12, o sea presume de izquierda. Massa que es la derecha pistolera que juntó un millón de firmas el año 2013 para tirar abajo el proyecto del Código Penal de Cristina y Alberto Fernández que es un alfonsinista objetivo. Se mantienen unidos para gobernar.
Otra vez el espejo de Venezuela
Este argumento de Mario Negri y que está refrendado por un documento de intelectuales de que estamos a 7 votos de Venezuela, ¿es un argumento suficiente para convocar al electorado?
-Es cierto que la pelea hoy en la Argentina es entre un Gobierno que asumió hace dos años y no empezó a gobernar, no ha podido sacar ninguna de las leyes que ha querido sacar que lo afectan o que pueden llevar a un cambio estructural, por ejemplo, la reforma judicial, Procurador, hidrovía, biocombustibles, proyectos que los tienen parados. En economía no ha podido hacer mucho, está paralizado. Es un Gobierno paralizado. ¿Por qué está paralizado? Primero, porque es un Gobierno débil, porque suma tres fracciones muy débiles cada una en su estructura. Es débil Cristina porque solo domina la provincia de Buenos Aires, Massa que lo domina Cristina y Alberto que domina la Facultad de Derecho, sala de profesores, categoría interino. Una de las cosas que demuestra esa debilidad es cómo la oposición le mantiene el cuchillo en el cuello en el Congreso. Saca lo que quieren en el Senado y no caminan en Diputados. Parrilli se queja en cada sesión, que la Cámara de Diputados, que maneja Massa, tiene 30 proyectos esperando en el sueño de los justos. Esos son los 40 votos electorales de Cambiemos, que hace que el Gobierno, con suerte, saca 128 o 129 votos que es el quórum y para armar quórum tiene que ir a pedírselo a Ramón, a los cordobeses, misioneros, santiagueños, o sea, son débiles en el Congreso. Es cierto, necesitarían diez votos para tener quórum propio, por lo menos, ya no digo los dos tercios. ¿Dónde están esos votos? En la provincia de Buenos Aires, porque es la única provincia que puede proveer esa diferencia. Pero ahí tiene una gran dificultad porque el peronismo ganó 19 bancas en el 2017 en tres listas y lo tiene que renovar en una, porque van todos juntos. O sea, es cierto que la batalla puede ser diferencia de votos. Ahora, yo creo que el tema de la Argentina sobre Venezuela o no, es un argumento electoral de Cambiemos que no dice más que un insulto electoral. (Hugo) Chávez decía que era peronista, hacía campaña regalando unas medias que le vendían desde la Argentina, en la derecha la cara de Perón y en la izquierda la cara de Evita. O sea, ellos quieren ser peronistas. Argentina no va a ser Venezuela jamás porque es imposible que sea Venezuela, porque Argentina es un país en serio y Venezuela es un país cuya dirigencia destruyó el país, pero no ahora con Chávez, sino antes con los pactos políticos que terminaron con presidentes presos por corrupción, fugitivos, es un país desastroso. Ahora, ojo que podemos ser Venezuela dicen algunos, es un mensaje para un cierto público…
Es marketinero…
-Es para el propio público. No quiero descalificar, pero la verdad es que no agrega mucho porque es un argumento para la gente que ya vota. Ahora es cierto que la pelea es por una diferencia muy estrecha de votos, que está alrededor de 10 puntos y ahí es difícil…