«Se ha cumplido un año de la partida a la Casa del Padre celestial de la querida amiga de Don Orione, Martha Chiyah Hakim», comenta en su página web la Casa Provincial de la Argentina de la Congregación Orionita en Buenos Aires, donde plasma además que su fEl recuerdo de una amiga de don Orione, servidora de «los descartados»igura elegante, su sonrisa amplia, su carácter afable, y sus manos extendidas para hacer el bien, son recuerdos entrañables de una mujer que dedicó muchos años a la Obra Don Orione, sirviendo con amor a los más débiles y necesitados.
Marta, hija del rey del arroz Farid Chiyah y de Irma Nazer, era una mujer de gran fe, piadosa y disponible para toda obra buena. Recuerda que colaboró activamente, junto a otras personas, en las cenas solidarias, que, desde la Casa Provincial se llevaba a las personas en situación de calle, recorriendo las estaciones de trenes de Retiro, las plazas, y las entradas de los edificios.
La crudeza de los fríos de invierno se aplacaba con la comida caliente que llevaba en grandes termos, regresando a su casa bien entrada la noche. Siempre con una sonrisa, con una palabra de aliento, suave como la caricia de una mamá.
Dedicó muchas horas a la atención del público que asistía mensualmente a los Jueves de Ópera, en el Auditorio San Luis Orione, como también a los espectáculos que se ofrecían en ese escenario.
El nombre de Marta Chiya se une a la larga fila de Amigos de Don Orione que con amor, sencillez y gran espíritu de fe, siguieron las huellas del gran Apóstol de la caridad, San Luis Orione, en tierra argentina, tal como lo hace en la provincia de Corrientes en Itatí, conocido por todos, en estos cien años de la presencia de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
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