La Unión Cívica Radical definirá su nueva conducción el 12 de diciembre en el Plenario de Delegados convocado en Alsina 1.786. La discusión interna se centra en el reemplazo de Martín Lousteau y en el rol de Gustavo Valdés como principal figura para encabezar el proceso de reorganización. El radicalismo debate su relación con el Gobierno nacional, las diferencias entre gobernadores y las alternativas de conducción, que incluyen dirigentes de transición y figuras con peso territorial.
05-POLITICAEl proceso de renovación en la Unión Cívica Radical (UCR) se desarrolla en un contexto marcado por la reorganización interna y la búsqueda de un liderazgo capaz de integrar a los distintos sectores.
La convocatoria formal al Plenario de Delegados para el 12 de diciembre fija el marco institucional en el que la conducción será redefinida tras un ciclo que dejó al partido con un desempeño electoral reducido y con tensiones abiertas entre referentes nacionales, provinciales y legislativos.
La UCR llega a esta instancia luego de un proceso prolongado de debates internos, impulsado por los resultados electorales adversos que disminuyeron su representación parlamentaria y dejaron en evidencia la necesidad de un cambio en la estructura de conducción.
Los distintos distritos y sectores coinciden en la urgencia de recomponer una estrategia uniforme que permita recuperar capacidad de interlocución y presencia en la escena política nacional.
El Plenario de Delegados que se reunirá en la sede partidaria de la calle Alsina 1.786 será el ámbito en el que cada representación provincial buscará expresar su posición respecto del rumbo que debe asumir la fuerza en la nueva etapa.
Allí convergerán cuatro delegados por provincia, además de representantes de la Juventud Radical, la Franja Morada, el Foro de Intendentes, la Organización de Trabajadores Radicales y UCR Diversidad, conformando un espacio federal con atribuciones plenas para definir la conducción.
En este escenario, la figura de Gustavo Valdés adquirió centralidad por el respaldo que reúne en amplios sectores partidarios y por la proyección territorial que representa Corrientes, uno de los distritos más consolidados dentro del radicalismo.
La salida de Martín Lousteau de la conducción constituye uno de los consensos principales entre los delegados. Dirigentes de diversos espacios coinciden en que los dos últimos años estuvieron marcados por decisiones que generaron tensiones internas, por un vínculo frágil con los bloques legislativos y por resultados electorales considerados insuficientes en relación con las expectativas iniciales.
Reconstruir el partido
La renovación de autoridades del Comité Nacional contempla distintos escenarios posibles, todos enmarcados en la voluntad de recomponer la estructura interna. La opción de que Gustavo Valdés asuma la conducción del radicalismo es respaldada por sectores que promueven un liderazgo con mayor cohesión interna. Otra alternativa es la designación de un presidente de transición, que garantice estabilidad institucional mientras se ordena la estructura partidaria. Nombres como Maximiliano Abad, Daniel Kronenberg, Ramón Mestre y Soledad Carrizo aparecen dentro de ese esquema, orientado a una etapa de reorganización previa a una conducción definitiva. Pamela Verasay, actual vicepresidenta del partido y figura cercana a Alfredo Cornejo, aparece como otra opción dentro de las conversaciones.
La definición del liderazgo

La discusión sobre el reemplazo de Lousteau se inscribe en la búsqueda de una conducción que pueda concentrar apoyos transversales y estructurar un vínculo sólido con los gobernadores, los legisladores y los órganos partidarios.
Dirigentes que participan de las negociaciones coinciden en que las características de la próxima conducción deberán contemplar equilibrio territorial, previsibilidad institucional y capacidad de articulación con el Congreso en un contexto de fuerte reconfiguración política.
La figura de Valdés aparece asociada a esos atributos por la presencia consolidada de su distrito y por su rol dentro del conjunto de gobernadores radicales.
El consenso interno respecto de que Lousteau no debe continuar se apoya en críticas sobre la ausencia de triunfos electorales propios del radicalismo sin alianzas, en la participación del ex presidente partidario en el espacio Provincias Unidas, que obtuvo solo el 6 por ciento de los votos, y en las decisiones que, según dirigentes, fueron tomadas sin la consulta directa a distritos gobernados de la UCR.
La búsqueda de un nuevo liderazgo también se explica por la intención de reforzar la interlocución con los bloques legislativos.
Durante los últimos dos años, la distancia entre la conducción partidaria y las bancadas se constituyó como un factor que debilitó la posición del radicalismo en negociaciones parlamentarias de relevancia nacional, entre ellas la discusión de la Ley Bases.
En este contexto, Valdés se presenta como la figura con mayor capacidad para sintetizar las demandas internas y ofrecer una conducción que pueda integrar a los distintos sectores.

