El cónclave para elegir al nuevo Papa, el 267º Sucesor de Pedro se iniciará el miércoles 7 de mayo, finalizadas las misas por el eterno descanso de Francisco, así lo decidieron los Cardenales reunidos en la quinta Congregación General en el Vaticano. Así lo dieron a conocer a través del Boletín de la Santa Sede.
Este lunes 28, se reunieron más de 180 cardenales en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano, en lo que se denominó la quinta Congregación General de cardenales. De este encuentro surgió la fecha de la apertura del Cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro, en la Capilla Sixtina del Vaticano: el próximo miércoles 7 de mayo.
Durante el concilio, la Capilla Sixtina permanecerá cerrada al público para ello, en breve, allí, comenzarán los trabajos para acondicionar el lugar para el desarrollo del mismo.
Durante esta Congregación que comenzó con un momento de oración y el rito de juramento, se presentaron 20 intervenciones sobre la Iglesia, su relación con el mundo, los desafíos que se presentan y las cualidades que deberá tener el nuevo Papa para responder a tales retos.
Además, se eligió a tres nuevos Cardenales de la Comisión que asiste al Cardenal Camarlengo para los próximos tres días, los cardenales: Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti.
La próxima Congregación General tendrá lugar este martes 29, a las 9 hora de Roma, en la cual se tendrá la meditación de don Donato Ogliari, Abad de la Basílica de San Pablo Extramuros. Además, las Congregaciones Generales se desarrollarán hasta el 6 de mayo, a excepción del jueves 1 y domingo 4 de mayo.
En estos días todavía se espera en Roma a Cardenales procedentes de los lugares más lejanos del mundo. En la Ciudad Eterna encontrarán alojamiento en la Casa Santa Marta, la Domus Vaticana donde Francisco había decidido vivir, renunciando al apartamento papal.
La Misa de apertura y la procesión hacia la Capilla Sixtina
El miércoles 7 de mayo por la mañana, todos concelebrarán la solemne Misa “pro eligendo Pontifice”, celebración Eucarística presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, quien invitará a sus hermanos a dirigirse por la tarde a la Capilla Sixtina con estas palabras: “Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo”.
Desde allí, la sugestiva procesión con traje coral se dirige a la Capilla Sixtina, en cuyo interior los cardenales cantarán el himno Veni, Creator Spiritus y prestarán juramento. La Capilla Sixtina estará acondicionada con bancos para el recuento de votos y un horno donde se quemarán las papeletas. Para elegir al Papa será necesaria una mayoría cualificada de dos tercios.
Están previstos cuatro escrutinios por día, dos en la mañana y dos en la tarde, y después de la 33ª o 34ª votación, en todo caso, se hará una segunda vuelta directa y obligatoria entre los dos cardenales que hayan obtenido mayor número de votos en la última votación. Pero también en este caso siempre será necesaria una mayoría de dos tercios. Los dos cardenales que quedan en pugna no podrán participar activamente en la votación. Si los votos para un candidato alcanzan los dos tercios de los votantes, la elección del Pontífice es canónicamente válida.
La elección del nuevo Papa
En este momento el último del orden de Cardenales Diáconos llama al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y al Secretario del Colegio Cardenalicio. A los nuevos elegidos se les preguntará: ¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? (¿Acepta usted su elección canónica como Sumo Pontífice?) y ante una respuesta afirmativa añade: ¿Quo nomine vis vocari? (¿Cómo quieres que te llamen?), pregunta a la que responderá con su nombre pontificio. Tras la aceptación, se queman las papeletas, logrando que desde la Plaza de San Pedro se pueda ver el clásico humo blanco. Al final del Cónclave, el nuevo Pontífice se retira a la “Sala de las Lágrimas”, es decir, la sacristía de la Capilla Sixtina, donde revestirá por primera vez los ornamentos papales – preparados en tres tallas – con los que se presentará a la multitud de fieles atraídos a la Plaza de San Pedro por la fumata blanca.
Después de la oración por el nuevo Pontífice y del homenaje de los cardenales, se entona el Te Deum que marca el final del Cónclave. Luego el anuncio de la elección, el Habemus papam, la aparición del Papa, precedido de la cruz procesional, que impartirá la solemne bendición Urbi et Orbi.
Fuente y foto: Vatican News