Leyendo el Libro de Remes Lenicov «115 días para desarmar la bomba», historia íntima de la última vez que se sinceró la economía y cuáles fueron las lecciones de la crisis de 2001 que la política no quiso aprender.
Hoy hablan que existe una bomba que va explotar en economía nuevamente y algunos de extrema derecha económica desempolvan viejas recetas que ya fracasaron, ayer convertibilidad, hoy dolarización, su fase superior y los rostros son Domingo Cavallo y Javier Milei.
La lectura de temas es relatada por actores que vivieron la crisis de 2001. Ello constituyen las medidas tomadas por la salida explosiva de la convertibilidad de Cavallo (fase penúltima de la dolarización, plan que atrajo a mucha gente que venía de la hiperinflación y estaba preparada para soluciones mágicas, un dólar-un peso). Llegamos a emitir dólares vía la Convertibilidad, se frenó la inflación y sirvió para dar legitimidad el voto cuota quedando la gente rehén del mecanismo.
Las contraindicaciones insalvables -al decir del ex ministro de Economía- Juan Vital Sourroille, cuando se le preguntaba en esa época eran: «Cuanto más dure, más daño hace, es como la diabetes, es silenciosa, hace daños irreparables a los órganos vitales y la experiencia demuestra cómo nuestra economía fue perdiendo productividad, competitividad, retraso cambiario, desacople con otros países y como perdió las cajas de herramientas antes la crisis del tequila en México, el Vodka Ruso y la Caipiriña Brasileña, donde las empresas no podían exportar, se subsidiaba el trabajo extranjero, se aumentaba el desempleo nacional, se generaba duplicación de deudas en dólares, los servicios dolarizados más la inflación americana se sumaban, privatizaciones masivas rápidas y sin controles con el argumento que era achicar el déficit público y la deuda pública. Todo siguió aumentando y la financiación que necesitó el modelo perdió el mercado espontáneo por el festival de bonos y quedó el prestamista de último instancia: el FMI. La Convertibilidad duró artificialmente hasta que el organismo internacional financió. El día que dejó de hacerlo terminó de la peor manera: el país y aquel modelo, explotaron».
Esto es bueno para recordar a muchos y enseñar a los jóvenes que todas estas medidas fueron una mala respuesta a la crisis, pero las preguntas siguen. Lo grave no es que estemos contando la historia, lo preocupante es que hay grupos económicos con Cavallo y Milei, que quieren reeditar esta experiencia.
La oposición responsable tendrá que explicar desde la razonabilidad, cuál es el plan integral con objetivos e instrumentos que va revertir la decadencia argentina y sustituir el camino fácil de endeudamiento crónico, con aumento geométrico de deuda externa que cada cierto tiempo genera crisis de balance de pagos inflación y achicamiento del país.
Debemos cambiar la matriz productiva, profundizar la sociedad del conocimiento, utilizar talento para la investigación que desarrolle una sociedad armónica y donde el federalismo sea el instrumento de equilibrio, gran ausente en la historia argentina.
Noel Eugenio Breard - Senador Provincial UCR
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