El Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono se celebra cada 16 de septiembre, una fecha instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994 para conmemorar la firma del Protocolo de Montreal en 1987, con el objetivo de crear conciencia sobre la protección de esta capa vital que nos defiende de los rayos UV nocivos del sol.
¿Qué es la capa de ozono y por qué es esencial?
La capa de ozono es una franja atmosférica situada entre 10 y 50 kilómetros de altura conocida como estratósfera, donde la concentración de moléculas de ozono (O3) resulta mayor a la de otras capas, según precisa la NASA. Su rol consiste en absorber la porción más peligrosa de la radiación ultravioleta (UV) proveniente del Sol. La agencia resalta que “el ozono actúa como el protector solar del planeta”, ya que bloquea y dispersa la radiación que causa mutaciones y daños a los organismos vivos.
Existe una diferencia fundamental entre el llamado “buen ozono”, ubicado en la estratósfera, y el “mal ozono”, que se forma a nivel del suelo. El primero actúa como un filtro natural que absorbe la radiación ultravioleta dañina. En contraste, el mal ozono se origina cerca de la superficie terrestre a partir de reacciones entre contaminantes emitidos por vehículos, industrias y otras fuentes urbanas. Desde la NASA afirman que resulta perjudicial para la salud humana y la vegetación.
La agencia también distingue el concepto de “agujero de ozono” para describir una disminución significativa de los niveles de ozono en la estratósfera sobre la Antártida. Este fenómeno se mide en Unidades Dobson (DU), y se considera que existe un agujero cuando los valores descienden por debajo de 220 DU. Antes de 1979, no se habían registrado niveles tan bajos en esa región. Según la agencia, “se ha demostrado que el agujero es resultado de las actividades humanas: la liberación a la atmósfera de enormes cantidades de clorofluorocarbonos (CFC) y otras sustancias que agotan la capa de ozono”.
¿Cuál es el estado actual de la capa de ozono?
Los avances en la política internacional y el cumplimiento de los tratados hicieron posible un ciclo de recuperación. Un estudio publicado el 5 de marzo de 2025, dirigido por Susan Solomon, profesora del MIT, indica que la capa de ozono sobre la Antártida muestra un proceso de recuperación ligado directamente a la reducción global de las sustancias que provocaron su deterioro.
El equipo recurrió a técnicas de simulación y análisis cuantitativo para distinguir el retorno del ozono debido exclusivamente al descenso de compuestos CFC y similares. Solomon concluye: “con un 95 % de confianza, se está recuperando. Lo cual es fantástico. Y demuestra que realmente podemos resolver los problemas ambientales”.
Estos resultados validan la estrategia internacional y permiten proyectar, según la investigadora: “Por algo como 2035, podríamos ver un año donde no exista agotamiento de la capa de ozono en la Antártida. Y eso será muy emocionante para mí. Y algunos de ustedes verán el agujero de ozono desaparecer completamente en sus vidas. Y las personas lograron eso”.
La ONU puntualiza que el monitoreo, la vigilancia permanente y el cumplimiento efectivo del Protocolo de Montreal y la Convención de Viena resultan esenciales para consolidar este éxito. La recuperación de la capa de ozono constituye un ejemplo directo de solución ambiental a escala global, que demuestra el efecto de la cooperación internacional apoyada en la evidencia científica.

