Calores extremos, nevadas y granizo en el otoño argentino; olas de frío inusuales en la primavera de países europeos. Así se evidencia la contundencia del cambio climático en el mundo y hoy, en el Día de la Tierra, los especialistas en medio ambiente insisten en que estos fenómenos, recurrentes en los últimos años, no se deben naturalizar.
En ese intento, desde un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, denominado AR6, se evaluaron las condiciones del medio ambiente en el mundo y desde varios capítulos, la Argentina mereció no solo análisis de lo que sucede en esa materia, sino advertencias sobre lo que podría llegar a suceder si no se implementan políticas adecuadas para aminorar el impacto en la biodiversidad y el desarrollo humano.
Desde ese organismo se señala que la suba de la temperatura en 1.5ºC, en promedio, debe ser frenada con transición energética hacia el desarrollo sostenible, reducción de pobreza, fomentación de la equidad, así como prácticas puntuales como el cese de la deforestación.
En una sección del informe, el reporte del Grupo de Trabajo II (WGII), se incluye el análisis de la situación en la cuenca del Río de la Plata y la provincia de Buenos Aires. Allí, se indica lo vulnerable que es la zona a sufrir inundaciones por la elevación del mar, el aumento de precipitaciones y temperaturas.
“La cuenca del Río de la Plata y la ciudad de Buenos Aires son altamente vulnerables a inundaciones recurrentes”, se explica. Además, el texto indica: “La subregión presenta una alta frecuencia de ocurrencia de eventos intensos de convección severa. Debido a esta situación, los fuertes vientos del sur o sureste y los altos niveles de agua afectan toda la costa argentina, así como las riberas del Río de la Plata, Uruguay y sur de Brasil”.
Islas de calor y decrecimiento de lluvias en zonas áridas
En cuanto a las llamadas islas de calor en las zonas urbanas, el informe cita un estudio que indica que en la ciudad de Buenos Aires el 20,7% de las muertes por altas temperaturas puede atribuirse al cambio climático; así como el 21,6%, en Córdoba.
En cuanto a las olas de calor que cada vez son más frecuentes, en el informe se describe: “El aumento esperado de la temperatura también expone a la población de las grandes ciudades a un calor extremo. Las islas de calor urbano ya son una realidad en grandes ciudades de la región, como Buenos Aires”.
De hecho, los calores extremos afectan seriamente a la población más vulnerable social y económicamente. “Estas personas tienen poco acceso al saneamiento, la salud pública y la refrigeración residencial y son vulnerables a los efectos de las islas de calor en la comodidad y la salud humanas. Estas incluyen enfermedades cardiopulmonares y transmitidas por vectores, e incluso la muerte. Se sabe que el estrés por calor empeora las condiciones cardiovasculares, diabéticas y respiratorias. Como efecto de las islas de calor, estas personas también son vulnerables a lesiones y víctimas debido al aumento de las tormentas eléctricas, lo que provoca pérdidas económicas y otros problemas sociales”, refiere el texto.
En el capítulo sobre áreas áridas y semiáridas se indica “el decrecimiento de las lluvias en las zonas semiáridas de la Argentina, como la región de Chaco”. En cuanto a la directa injerencia de la actividad humana, se habla de “cambios del uso del suelo y sobreexplotación de recursos hídricos”.
Así, se señalan las zonas desérticas y semidesérticas del país, como el Chaco, donde la deforestación origina el descenso de lluvias y calores extremos. En ese sentido, los autores del documento advierten sobre el uso de los recursos hídricos y la explotación de la tierra con cultivos que no permiten la renovación de la misma.
40 grados en otoño
Mauricio Saldívar, meteorólogo especialista en sistemas de alerta temprana, se refirió ayer a evento meteorológico que se espera para los próximos días, cuando las temperaturas podrían elevarse hasta los 40 grados.
“Será un periodo de más de tres días de temperaturas elevadas, lo que configuraría una ola de calor. Lo que me llama la atención es que, en algunos sectores de la Argentina, después de esta ola de calor podría estar seguida por una ola de aire frío, aunque no en el mismo lugar. Pero algunos sectores tendrán calor y otros fríos, algo que no es tan frecuente. Vamos a tener muy altas temperaturas en el norte y muy frías en el sur. Vamos a tener un país de extremos”, afirmó.
En el mismo sentido Alpio Costa, climatólogo e Investigador del Instituto Antártico Argentino, remarcó: “Los modelos muestran que la ola de calor recaería en Formosa y Chaco, casi con seguridad, pero se podría extender a Santa Fe, Corrientes y otras provincias del noreste. Se viene un evento de calor, al menos, para la mitad norte del país. No creo que llegue a afectar a Buenos Aires”.
Fuente: La Nación