Uno de los símbolos de lo que fue la noche de la movida correntina, ahora es una obra en construcción. Se trata del edificio donde funcionaba el pub El Santo, ubicado por Salta entre Yrigoyen y Junín.
Para muchas personas ese lugar es sinónimo de nostalgia y cientos de recuerdos de la movida en la conocida Recoleta correntina, nombre que adquirió la concurrida zona del microcentro donde se disponían varios locales nocturnos.
Lo cierto es que hace un par de semanas se demolió el lugar que marcó a generaciones de jóvenes en los 90. Si bien hace tiempo dejó de funcionar como pub, al pasar por allí -para quienes pasaron por esas épocas- era inevitable remontar al pasado: ahora ya no queda nada del inmueble y allí se levantará una nueva construcción.
Para hacer un poco de memoria, el Santo, junto a otros boliches, fue uno de los más concurridos del momento, caracterizado por su ubicación estratégica.
En lo que se denominaba la recoleta correntina se disponían al menos 10 locales entre pub y boliches, y allí se concentraba toda la movida nocturna de jóvenes: allí funcionaron íconos como Equinoccio, Velha Bruxa, Planeta EQ; Sesión, Metal que según la fecha también fue Cereus, Cocobay. También Vinilo; Divina Gula, Danzoo, Icaro, Fetiches.
FIN
Los boliches y pub sólo funcionaron en el microcentro hasta el 2007, fecha en que se puso en vigencia una disposición municipal que ordenaba el traslado a otras zonas.
La medida respondió a insistentes reclamos de vecinos que denunciaban ruidos molestos y constantes disturbios de todos los fines de semana.
De acuerdo a crónicas de las fechas, describen que el paisaje de la Recoleta con sonidos automovilísticos propios de las picadas y las frenadas chirriantes, música de los bares y discotecas, peleas juveniles y suciedad al día siguiente.
Incluso, antes de la medida de relocalización, desde la Policía implementaban vallados de perímetros comprendidos entre Yrigoyen, La Rioja esquina Junín, el cruce de 9 de Julio y Salta, y la intersección de Tucumán e Yrigoyen. En todas esas encrucijadas fueron instalados patrulleros y motocicletas policiales que permanecieron hasta el amanecer.
Pese a la medida para tratar de apaciguar las quejas vecinales, fue inevitable el traslado de negocios nocturnos.
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