Los integrantes del Gabinete albertistas que debieron salir a bancar la parada en las últimas horas habían sido Santiago Cafiero (ex Jefe de Gabinete), Luis Basterra (ex Agricultura, Ganadería y Pesca), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Martín Guzmán (Economía), Nicolás Trotta (ex Educación), Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Felipe Solá (ex Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto), Carla Vizzotti (Salud), Sabina Frederic (ex Seguridad), Claudio Moroni (Trabajo), Matías Lammens (Turismo y Deportes) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social).
Este último, el ex Intendente de Hurlingham actualmente es el Interventor del PJ correntino. En principio, al estar a cargo del Municipio bonaerense intentó ejercer su rol normalizador y de coordinador partidario para encarar las elecciones provinciales. Lamentablemente para los peronistas locales, nunca tuvo margen de maniobra ni tiempo para asumir una responsabilidad que debió ser de tiempo completo. Los resultados lo dejaron dentro de la lista de responsabilidades de la paupérrima performance provincial el 29-A y para el Presidente, un traspié de significación como novel titular del PJ Nacional.
La indiferencia de Alberto, el largo tiempo de vacancia, y el no haber aceptado la nominación de Aníbal Fernández en tiempo y forma, a pesar de tener el explícito aval del ministro del Interior, «Wado» de Pedro llevó a que la previsible nacionalización de la elección de Corrientes le explote en las manos, con un resultado que afectó al justicialismo de todo el país.
Lo que habitualmente se llama mala praxis. Resolvió tarde y mal, algo que era de manual, esto es convalidar el desembarco de un dirigente con oficio, que conocía la provincia y tenía la posibilidad de dedicarse a pleno a una tarea de primer orden para el peronismo nacional.
Más allá de la responsabilidad insoslayable del Presidente en el caso Corrientes, las esquirlas alcanzaron de lleno a Santiago Cafiero, que hasta intentó poner un nombre de su riñón y que siempre renegó de la posibilidad de Aníbal Fernández, quizás porque vio que, tras una buena gestión de éste, su cargo quedaría en peligro.
Esta vez, el sendero electoral dirige todas las acciones hacia el 14 de noviembre. Hay 15 municipios justicialistas que votarán intendentes junto con las legislativas nacionales. Y también en esta oportunidad, Zabaleta se encuentra inmerso en un desbarajuste político-institucional pocas veces visto en la historia argentina.
En la semana que termina, la falta de reflejos de la conducción nacional, si la hay, hizo que se dejara pasar la posibilidad de llevar las elecciones para el 21 de noviembre, lo que hubiera implicado la municipalización con la revalorización consecuente de los intendentes peronistas que ponen en juego su continuidad y a once de los cuales -según las encuestas- se les esté haciendo muy difícil retener sus comunas.
Esta situación da la pauta de que Corrientes ha quedado virtualmente a la deriva, sin que -pasadas varias semanas desde el 29 de agosto- el Presidente haya dado explicaciones por la falta de operatividad.
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