Abundan en las redes sociales las ofertas para comprar productos u obtener créditos que luego se pagan con cuotas diarias. Se trata de un mecanismo con pocos requisitos, pero que puede ser riesgoso tanto por los intereses usurarios como por la informalidad de los vendedores y los métodos que utilizan para cobrar las deudas.
Al entrar a las plataforma Marketplace de Facebook o a los múltiples grupos de compra-venta que hay en esa red social, se encuentra con facilidad cualquier tipo de producto o posibilidad de tener dinero prestado mediante diversas metodologías, pero sin dudas la más controversial es la de las «cuotas diarias».
Se trata de una opción que usan principalmente vendedores o prestamistas informales, que consiste en dar dinero o un producto y cobrarlo, con intereses incluidos, en una cantidad determinada de pagos que se realizan en días consecutivos.
Esta posibilidad destaca por su fácil acceso, ya que sólo basta presentar el DNI, sin necesidad de tener cuenta bancaria, tarjeta de crédito ni buen historial crediticio.
A modo de resguardo, los vendedores o prestamistas suelen hacer que sus clientes firmen cierta cantidad de documentos por el valor de las cuotas o uno por el monto total de la deuda. De esa manera, si se incumple con los pagos el acreedor puede ejecutar ese papel por vía judicial, lo que puede derivar en embargos u otras medidas similares.
Pero pese a esas aparentes bondades, el principal inconveniente está en los intereses usurarios que se aplican.
EJEMPLO
A modo de ejemplo, EL LIBERTADOR indagó en una publicación en la que se ofrecía una freidora de aire, presuntamente nueva, a 180 cuotas diarias de 521 pesos o 120 de 640.
Si opta por la opción de 180 cuotas, el comprador terminará pagando 93.780 pesos y si decide hacerlo en 120, abonará 74.400 en total.
A través de un relevamiento, este medió encontró que ese mismo artículo cuesta en promedio 40.000 pesos en tiendas de electrodomésticos o en Mercado Libre, y en algunos casos con la posibilidad de pagarlo en tres o seis cuotas sin interés con determinadas tarjetas de crédito.
De esta manera, quienes optan por comprar dicha freidora y pagarla en cuotas diarias, terminarán pagando 86 por ciento más si lo hacen en 120 días (cuatro meses) y 134 por ciento más si eligen 180 (seis meses); porcentajes que superan hasta las más pesimistas previsiones de inflación anual.
Ese tipo de tasas de interés abusivas, o incluso peores, se aplican a todo tipo de montos prestados, ya sea en efectivo o mediante una compra.
Normalmente, quienes suelen caer son personas de bajos recursos o propietarios de pequeños comercios que viven de lo que recaudan diariamente y no tienen acceso al sistema crediticio formal, ya sea por falta de ingresos demostrables o por estar en el Veraz por alguna obligación impaga del pasado.
PROBLEMAS
Los problemas con las cuotas diarias se presentan cuando esos pagos, que parecen manejables, dejan de serlo y hay que responder ante el que vendió el producto o prestó el dinero.
Según pudo reconstruir EL LIBERTADOR a través de testimonios, en el mejor de los casos un deudor que no puede pagar deberá a afrontar las consecuencias judiciales de la ejecución de los documentos que firmó como garantía, pero en muchas ocasiones tendrá que lidiar con hostigamiento, amenazas y hasta agresiones físicas por parte de las personas u organizaciones cuasi criminales que quieren recuperar su dinero.
Todo esto sin la posibilidad de poder pedir ayuda a entidades formales como aquellas que resguardan a usuarios y consumidores, ya que estos créditos son otorgados de manera totalmente informal, sin el aval de las regulaciones vigentes.
Por eso, los expertos en economía aconsejan no endeudarse de esa manera, pese a que puede ser atractivo obtener algo o dinero y pagar en «pequeñas» cuotas diarias.
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