La vicepresidente de la Nación, Cristina Kirchner, debió interceder en lo que hubiera sido una nueva implosión en el Gabinete de Alberto Fernández. Los trascendidos estuvieron a la orden del día, respecto a la intención de Juan Manzur de renunciar.
16-CONTRATAPA-23Según replicaron, durante toda la jornada de este sábado, los medios porteños de alcance nacional, el Jefe de Gabinete está muy molesto con el destrato que acusa de Alberto Fernández, que le obstaculizaría la gestión en su cartera.
El malestar del tucumano vendría desde hace dos semanas, o por lo menos desde entonces lo venía manifestando. La Vicepresidenta se enteró y debió actuar. De acuerdo a las informaciones de las últimas horas, el enfrentamiento de Manzur con Vilma Ibarra y Gabriela Cerruti habría colaborado en acelerar la decisión. Medios especializados dejaron la mbopa sobre esta «ala feminista» de la Rosada, aseverando que le quitaron todo el protagonismo al Jefe de Gabinete, acción que habría tenido la venia del Presidente, que no le permitiría nombrar funcionarios.
¿Cómo accionó Cristina? Recurrió a su principal alfil dentro del círculo de poder central, una de las figuras expectables para lo que será un 2023 áspero. Fue con Eduardo «Wado» de Pedro para que oficiara de supervisor del panorama y pudiera convencer a Manzur de acceder a una reunión con la ex Presidenta.
El funcionario habría accedido de inmediato, por lo que la Vice de Alberto lo recibió y lo contuvo, evitando una dimisión de peso.
En los corrillos de Balcarce 50, así como los de Olivos, y ni qué decir de los del búnker de Juntos por el Cambio, se resaltó la prioridad que le dio Cristina a la gobernabilidad, pese a sus diferencias públicas con Manzur (dijo en 2018 que ella estaba terminada). Ya lo había hecho en septiembre último, cuando mediante su carta más fuerte le sugirió a Alberto que cambiara el Jefe de Gabinete y nombrara al entonces Gobernador de Tucumán.
Luego de ese encuentro, la situación interna no cambió demasiado para Manzur, aunque logró que su vicejefe Jorge Neme ingresara al Directorio de Arsat. Sin embargo, el tucumano querría nombrar a más gente de su confianza. Una de ellas sería Sandra Tirado, secretaria de Acceso a la Salud, a quien quiere como Ministra en lugar de Carla Vizzotti, versiones deslizadas por medios como La Política Online.
Más allá de esta solución, a medias, lograda por la titular del Senado de la Nación, el díscolo jefe de ministros tendría por delante una fuerte interna con Martín Guzmán, ya que éste no solo no le da detalles de las negociaciones con el FMI, sino que lo ignora cuando le pide fondos para cumplir con los gobernadores con los que se reúne todas las semanas.
Un intríngulis de alta política que demandará al Presidente exponer sus aptitudes políticas para mantener la calma interna y evitar otro portazo en su mesa chica.
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