En Corrientes se advierte como un boom de consumo en cafeterías, con alta demanda diarias que incluso contrasta con la realidad que expresan los supermercadistas con una baja venta y carritos cada vez más vacíos.
A esta realidad se suma el último dato difundido por Indec que registró una inflación en el Nordeste (NEA) del 6,6 por ciento durante junio y acumulada desde el inicio del año llegó al 49 por ciento en esta parte del país y en los últimos doce meses alcanzó el 115,5.
Frente a ello, en la Capital correntina los locales de desayunos y meriendas están pasando por un buen momento que se traduce en locales llenos en cualquier día de la semana.
En diálogo con EL LIBERTADOR, la propietaria de La Felipa, Azul Courtis señaló que, a pesar de la inflación, la cafetería tiene una buena actividad debido al turismo y a la demanda de comida típica. El consumo promedio es de alrededor de 2.000 pesos.
«Particularmente para las cafeterías, el invierno y el frío es la temporada alta. Entonces, la época fuerte del año para nosotros, para la cantidad de gente que viene, que consume y demás», sostuvo.
En su caso indicó que el negocio está incluido como oferta en Google, con la característica que cuenta con un menú de comida típica y es pet friendly. Señaló que la ubicación del local, en cercanía de oficinas públicas, genera buena demanda.
«Nuestro menú es bastante variado porque tenemos algo básico y económico como cocido con chipacuerito que está a menos de mil pesos y después tenemos algo más elaborado como tortas pastelerías y eso sí está un poco más, pero yo creo que en promedio alguien que viene a consumir acá gasta como mucho 2.000 pesos», relató.
Resaltó que: «En general, cafetería es la parte gastronómica que está de moda. Entonces la gente consume, o sea, hay mucha demanda y cada vez hay más oferta».
OPOSICIÓN
Una realidad distinta es la que se advierte en los supermercados, con salones casi desiertos y carritos con mercaderías básicas.
Así lo describió en una entrevista reciente el propietario de una de las cadenas de supermercados, Ricardo Cáceres: «En nuestras sucursales de los barrios es donde más se nota, que a partir de compras de 500 pesos ya usan la tarjeta», indicó.
Además, advirtió que en el salón comercial ya no se observan personas con changuitos llenos, a lo que señaló que en promedio las familias gastan un promedio de 1.500 a 2.000 pesos por día.
«Llevan lo básico, cuatro o cinco cosas por ejemplo aceite, harina, arroz, entre lo más recurrente. La gente se acostumbró a comprar cosas por el día nada más», manifestó.
Explicó que hay algunos productos que se dejaron de vender o que la gente ya no los llevan como es el caso de los aderezos o de todo lo que sea perfumería.
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