La senadora justicialista, Carolina Martínez Llano conversó con Rubén Duarte, en su programa Una Palabra que se emite por LT7, en dúplex con LT25. Se refirió a lo ocurrido en la última sesión de la Cámara alta, donde se avanzó con un tema importante, como fue la conformación de la mesa directiva, donde además se aseguró la paridad de género en su integración.
Fuiste elegida Vicepresidenta 2ª del Senado ¿Cómo se llegó a esta instancia? Sabemos que desde noviembre la UCR no se ponía de acuerdo de la conformación de la mesa directiva y sorpresivamente, en la última sesión, se logró un acuerdo y ahí mismo se votó.
-La cosa fue así: por mandato constitucional provincial tenemos que elegir las autoridades del Senado, entre ellas las dos vicepresidencias en cada sesión preparatoria del 30 de noviembre. Esto no se dio porque la UCR no logró consenso necesario. Por tanto, las autoridades fueron prorrogadas. La semana pasada pedí el tratamiento. Hice el pedido en labor parlamentaria e hice un reclamo dentro del recinto. En la semana anterior, aún no se pudo llegar a un acuerdo. No quería meterme en la interna de ningún partido. No era mi propósito, así que accedí a pedido de mis pares radicales y les di un tiempo más. El jueves volví a poner el tema en el tapete ¿Por qué hice esto Rubén? Porque quería dejar plasmado en el recinto que no estaba de acuerdo con la prórroga de las autoridades ¿Por qué? Porque las tres máximas autoridades de la Cámara eran tres hombres. Teníamos una Vicepresidencia 1ª a cargo del oficialismo y una Vice 2ª a cargo de la oposición, pero los dos eran hombres y el Vicegobernador es hombre. Mi idea era que se respetara el lugar de la mujer. Para eso votamos la Ley de Paridad de Género. Estoy convencida de que una de las mujeres debía tener una de las dos vicepresidencias, sin importar el partido al cual representara. Ese fue el reclamo que volví a hacer la sesión pasada. Eso fue lo que yo dejé asentado, y, en esta sesión del jueves, lo hablé en el bloque. Avisé que insistiría en mi pedido y les avisé que, si el oficialismo ponía un hombre, teníamos que poner una mujer y viceversa. Si ellos ponían la mujer, entonces poníamos el hombre. Lo planteé en labor parlamentaria y allí el oficialismo, que ya había estado reunido en la oficina del senador (Sergio) Finta, nos comentó que había llegado a un acuerdo. Ellos pondrían al hombre y que debíamos poner a la mujer. Mi bloque pretendió que fuese el oficialismo el que pusiera la mujer y que nosotros pusiésemos un hombre. Por supuesto que esta situación era inviable conforme a las prácticas parlamentarias. Tenemos que entender que estamos en minoría, que de ninguna manera podemos imponerles nada. Lo que podemos y de hecho lo que hacemos es dialogar y tratar de llegar a la mayor cantidad de consensos posibles. Acá, nobleza obliga, tengo que agradecer al oficialismo, porque aun teniendo mayoría y los dos tercios, y que ellos podían haberse quedado las dos vicepresidencias con sólo poner de manifiesto que la oposición no lograba consenso en algo elemental.
El Senado es una cámara especial. Primó el respeto a la minoría, al espacio de la mujer y hacia mi persona en particular. Esto es algo que tengo que destacar. Esta aclaración que estoy haciendo es importante, y ¿Por qué? Es importante que la gente lo sepa y que el peronismo lo conozca y lo entienda. Porque si no hubiéramos aceptado el lugar de la mujer en la Vicepresidencia segunda, el peronismo hubiera perdido su espacio, su Vice 2ª en el Senado. No sólo esto es importante por el hecho en sí, sino por el precedente que sentaba. El PJ no lo podía permitir de ninguna manera, teníamos que ser inteligentes. Por eso actué en consecuencia.
También quiero destacar que el Senado estuvo a la altura de las circunstancias porque, por unanimidad, dentro de las tres principales autoridades hay una mujer sentada en la Vicepresidencia, haciendo realidad la paridad de género, más allá de que la ley implícitamente no lo tiene dispuesto, lo cual es una asignatura pendiente.
La UCR estuvo rápida de reflejos y el rédito político lo sacó ese sector, no así el PJ. No entiendo la contradicción. Me gustarían más precisiones para que la audiencia entienda ¿Por qué este comportamiento tan contradictorio, que ponía en riesgo, inclusive el lugar del PJ que pudo habérselo llevado la UCR aprovechando las contradicciones?
-Eso es lo que entendí. Habíamos hablado en el bloque. Los compañeros pretendían que el compañero (Víctor) Giraud siguiera siendo Vicepresidente segundo. La verdad es que le tengo el mayor de los respetos, además le tengo un gran cariño, porque tengo una relación personal con él de hace muchos años, e inclusive, hasta una relación familiar con él. Pero mi responsabilidad es política. Soy una mujer y lo primero que tengo que hacer es respetar el lugar de la mujer, y las disposiciones de nuestra Carta Orgánica que, antes que la ley de paridad, ha reconocido el derecho a la igualdad.
La Ley de Paridad de Género en la Provincia, cuando se votó anticipé, también sin acompañamiento de mi bloque, que tenía sabor a poco, ¿Por qué veía que tenía sabor a poco? Porque veía que podían pasar estas cosas, porque veíamos que había cosas que no estaban normadas en la ley. Estas deben ser claras y lo que está escrito, escrito queda, y es lo que debe cumplirse. No aclaraba en esa ley qué pasaba con las autoridades de las cámaras legislativas. En el Superior Tribunal de Justicia, los cinco integrantes del Superior son hombres. En los ministerios casi la totalidad es hombre. Entonces, cuando se sancionó la ley de paridad, con la cual estuve a favor, que tenía con sabor a poco. Fue en ese momento un voto solitario, pero sirvió para abrir un camino en esto que es una batalla cultural. Las leyes deben ser claras para evitar los malos entendidos. Por ejemplo, que ya tuvimos, porque nosotros, cuando quedó vacante la banca que dejó la senadora (Nancy) Sand, al irse como diputada nacional, tuvimos casi un año ese lugar vacío, porque no nos pusimos de acuerdo si el que debía asumir era un hombre o era una mujer. Ahí el PJ estuvo a la altura porque creíamos que si salía una mujer tenía que entrar una mujer y votamos todos a favor de la compañera Patricia Rindel, esto no fue así entonces, el Senado fue con el voto del oficialismo. Hoy, creo que fueron los senadores del PJ los que no estuvieron a la altura de las circunstancias, porque ellos hubieran preferido que estuviera un hombre sentado en la Vicepresidencia segunda, representado por un peronista y no podía ser así. Era insostenible esa situación. Eso es lo que yo creí y por eso no me tembló el pulso ¿Por qué? Porque corríamos el riesgo de perder la Vicepresidencia. De que el oficialismo, con todo el derecho que le cabe, porque tiene los dos tercios de los votos, y en una democracia los votos mandan dentro del recinto, se hubiese podido quedar las dos vicepresidencias. Hubiese saldado incluso sus problemas internos y a su vez cumplía con las mujeres, dejando en evidencia que la actitud opositora lo habilitaba. No fue así, respetó el lugar de la minoría y la única mujer dentro del bloque de senadores del PJ, que soy yo, Carolina Martínez Llano. Y por eso lo acepté. Si el senador (Ricardo) Colombi, que fue rápido de reflejos en su moción, no la hubiera hecho a mi favor, yo me hubiera propuesto. En eso estaba decidida a perder la votación si era que mis compañeros no estaban de acuerdo. Era un tema que había que sacarlo a la luz pública en el recinto, porque se veía que era el momento de llevarlo al recinto. Sí seguía dilatándose en el tiempo hubiéramos seguido con las autoridades prorrogadas y hubiéramos seguido con tres hombres sentados en la mesa directiva. El año pasado tuve que tragarme ese sapo, tuve que votar por unanimidad para que fueran tres hombres los que estaban en la mesa directiva. Hice mi reclamo dentro del bloque. Se lo señalé a los compañeros y dejé mi posición sentada en el recinto. Esta vez, no podía seguir indiferente. Pedí que una mujer debía estar sentada, peronista o radical. Como los radicales eligieron al hombre, obvio que nos tocaba a nosotros elegir a la mujer. Le guste a quien le guste y caiga quien caiga.
Siento un tufillo a soberbia en sectores de la dirigencia del PJ. Habías dicho en este programa que no estabas de acuerdo con que los legisladores e intendentes se arrogaran la representación del conjunto del peronismo y por eso te autoexcluiste de esa mesa ¿Para dar una imagen distinta de la llamada Cooperativa?
-Por supuesto que mantengo lo que digo. Lo dije en tu programa. Fui la primera en decirlo, que los legisladores y los intendentes no podíamos arrogarnos una representación y una responsabilidad que no tenemos para representar a conjunto del peronismo. Además, nos guste o no, tenemos un partido que no se normalizó. Está intervenido. El Interventor es el único responsable. Es quien debe armar la mejor lista posible para a recuperar nuestro lugar histórico. Para poder volver a ganar concejales y legisladores provinciales. Fui la primera que dije que creía que las dos cabezas de lista debían pertenecer al PJ. Lo aclaré, y también quiero ser consecuente con mis palabras dije: «Eso es resorte del Interventor, puedo tener una opinión». Después de mí hubo varios compañeros que lo dijeron. Creo que las cabezas de listas deben ser del PJ, tanto en senadores como diputados, pero quiero diferenciarme de ellos, porque también lo dije en tu programa la semana pasada, lo vuelvo a decir hoy y lo voy a seguir repitiendo. Creo que una de las dos cabezas debe ser una mujer. Una mujer y un hombre deben encabezar las listas de diputados y de senadores, o de senadores y de diputados. Pero, bajo ningún concepto, podemos aceptar que haya un hombre como cabeza de lista y que la mujer vaya segunda en ambas grillas electorales.
Sobre todo, en senadores donde hay pocas chances.
-Eso es lo que te iba a decir. Porque en el Senado corremos el riesgo de quedarnos solamente con hombres. Entonces ¿Qué va a pasar el año que viene? ¿Qué va a pasar con las autoridades del partido? No tengo la culpa de ser, en este momento, la última mujer, pero sí voy a tener la culpa si es que no lo pido y no lo exijo, si no lo expongo ante la opinión pública, si no pido que una de las cabezas sea mujer. Quiero que esta paridad de género que todos festejamos, que está en el discurso, que se felicitó por todos lados en el Día de la Mujer, que se hicieron miles de homenajes, que sea no solamente de la boca para afuera, sino que sea demostrada con hechos. Después, ¿Quién va a ser la mujer que ocupé esos lugares? Y bueno, cada uno de esos sectores deberá dirimir dentro de su sector, si le toca un hombre, una mujer, quién va a ser el que ocupe ese lugar. Tenemos que pedir que una de las dos cabezas sea una mujer. Y en la interna del partido, vuelvo a decir lo que dije, no podemos arrogarnos una representación que no tenemos, una dirección que no tenés o que no tenemos. Porque corremos el riesgo de que se interprete como una nueva «Cooperativa», y eso, la verdad es que, a los peronistas, no les gusta. Por eso me autoexcluí. No eran buenas señales de respeto hacia el resto del peronismo. No podemos volver a elegir candidatos encerrados entre cuatro o cinco personas y entre cuatro paredes, porque a los militantes no les gusta y ellos son los que juntan los votos. Si seguimos haciendo las mismas cosas, los resultados obtenidos van a ser los mismos. O dicho de otra manera, para obtener resultados diferentes tenemos que cambiar el modo de hacer las cosas. Es política Rubén, podemos hacer cualquier cosa como en todos los órdenes de la vida, pero lo que no podemos hacer es dejar de pagar las consecuencias. Hoy tenemos un interventor y es quién debe congeniar con los diferentes sectores, formar la mejor lista. Juega su suerte en Corrientes y no dudo que hará las cosas de la mejor manera posible. Lo necesita el PJ de Corrientes, pero también el Interventor. Hoy, en el orden nacional, nadie tiene el poder. Está visto. Las políticas de alianza, por ejemplo, también son resorte del Interventor. Nadie en Corrientes puede arrogarse esa función. Nadie puede ir a hacer alianzas que no sean avaladas por el Interventor. Mi consejo -también lo dije en tu programa la semana pasada- es que las localidades más chicas, donde se elije un solo concejal o dos concejales -de los 64 municipios en los que se va a votar concejales el 11 de junio, 35 eligen un solo concejal. La mitad. Diez elijen dos concejales. O sea que si no se ponen de acuerdo en esos lugares corremos el riesgo de quedarnos sin concejales.
Se publicó que Juanchi Zabaleta, el interventor va a estar visitando Corrientes en unos días más ¿Le vas a plantear que las listas legislativas para el 11 de junio deben ser armadas en base a la ley de paridad? Y me refiero a todas las listas, senadores, diputados, concejales.
-Ya le vengo planteando a «Juanchi». Obviamente acá lo voy a ver otra vez. Sabe de la paridad de género, que tenemos por Carta Orgánica, por eso lo que voy a insistir y seguramente lo harán otras mujeres será que una de las dos listas, tanto de diputados o de senadores, sea encabezada por una mujer. Lo vengo haciendo públicamente y, por supuesto, también, en privado. También quiero que esos dirigentes pidan y exijan que uno sea mujer, porque no podemos darnos el lujo de perder mujeres dentro de las cámaras legislativas. Hoy tenemos un Senado en que de los 15 senadores sólo 4 son mujeres. Tenemos un bloque del PJ que, de los cuatro senadores, hay una sola mujer, y, encima, esa mujer vence su mandato. La conclusión es obvia.
Hablé con mucha gente de lo que sucedió el jueves. Tu posición y decisión descolocó a muchos peronistas ¿Qué interpretación hacés de esto?
-Es la que te vengo haciendo, que muchas veces la paridad de género se declama de la boca para afuera, que no se demuestra con los hechos. Es muy fácil hablar, decir, pero cuando tenemos que mostrarlo en los hechos muchas veces priman en los egoísmos personales. La verdad es que no me gusta borrar con el codo lo que escribo con la mano. Fui una de las impulsoras de la Ley de Paridad, fui una de las autoras y por eso es que voy a actuar en consecuencia. Le guste a quien le guste y caiga quien caiga.
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