En la ciudad cada vez son más los locales comerciales y supermercados que cobran por las bolsas plásticas en las que entregan sus productos y mercaderías. El objetivo es, según se dice, hacer un aporte al cuidado del medio ambiente, pero el problema es que cada lugar les pone precio de manera arbitraria y casi ninguno se lo advierte a los clientes quienes, por lo general, se enteran recién en las cajas.
«Estamos recibiendo varias quejas por el costo de las bolsas en algunos locales comerciales», dijeron a EL LIBERTADOR desde la Subsecretaría de Comercio de la provincia. También mencionaron que, al no haber una reglamentación sobre este tema, en algunos lugares pueden ser abusivos con la imposición de los precios.
Sin embargo, hicieron una salvedad respecto de las obligaciones de los comerciantes con sus clientes. «No hay una disposición que prohíba la venta de las bolsas o que obligue a los comerciantes a entregarlas gratis. Lo que sí está mal es que no le avisen al cliente que se las van a vender si es que no tienen en qué llevar los productos», explicó el titular del área Juan José Ahmar.
DERECHO A LA
INFORMACIÓN
El valor varía de los dos a los cuatro pesos por cada bolsa, dependiendo el comercio. Aunque todavía hay algunos que se resisten a sumar un nuevo gasto a sus clientes y las entregan gratis.
«La cuestión es que cuando optan por venderlas, es como que pretendan vender cualquiera de sus productos y, por lo tanto, el cliente tiene que estar informado con anterioridad», agregó el funcionario.
Esta puesta sobre aviso, para no tomar desprevenido a los compradores puede hacerse con cartelería expuesta a la vista y con letra clara, que detalle el precio por cada unidad y que solicite a cada comprador llevar la suya en caso de no querer abonar el costo extra. Sin embargo, son escasos los lugares que contemplan este recaudo para con sus clientes.
«Si no está hecha la advertencia correspondiente, el comerciante está yendo contra el derecho a la información del comprador. Esto sí es considerado como una falta y el comercio puede recibir una multa por su incumplimiento», aclaró el Subsecretario.
Sobre cómo actuar en caso de ser tomado por sorpresa en algún comercio, se debe realizar la denuncia ante la Subsecretaría, detallando la situación y dejando en claro los datos específicos como el nombre del negocio y la dirección. El organismo para hacer efectivo el reclamo, está ubicado sobre Carlos Pellegrini 1.024 y el teléfono es 3794-476-025.
Según explicaron otras veces desde la Subsecretaría, los reclamos son la herramienta más efectiva que poseen los consumidores para hacer valer sus derechos ante alguna práctica desleal por parte de los comerciantes. Además de aportar un registro, sirven a los inspectores para planificar los controles y poner el foco en determinados puntos. En este caso, por ejemplo, cómo se venden las bolsas.
Sin regular
A nivel nacional, hay jurisdicciones como ocurre con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en las que está prohibida por normativa, la entrega de bolsas de polietileno en los comercios. Se trata de una medida que responde al cuidado del medio ambiente, pero que, al haber sido adoptada de manera oficial, fue comunicada a toda la población de ese lugar. Por tanto, los compradores son conscientes de que si no cuentan con una bolsa propia de material biodegradable, deberán comprar una.
En Corrientes, sin embargo, no hay una normativa al respecto. Lo más cercano fue un proyecto de Ley presentado en 2019 por el bloque Justicialista ante la Cámara de Diputados. El tema era justamente, la «Erradicación del uso de bolsas plásticas en la Provincia de Corrientes» y se fundamentaba en la capacidad de contaminación ambiental de estos materiales.
En sus artículos disponía la erradicación de las bolsas plásticas y el reemplazo progresivo por elementos biodegradables. Incluso establecía un plazo de doce meses para que los propietarios de los establecimientos comerciales se adaptaran a la normativa.
El proyecto, sin embargo no fue aprobado y hasta el momento, queda a decisión de cada comercio la entrega o venta de estos elementos, con el agregado de que cada uno puede disponer arbitrariamente el precio.
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