Este miércoles, una de las noticias del día en la Argentina fue el aumento de un 40 por ciento anunciado para los viajes en el transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba). De esta manera, a partir del 1 de agosto, el boleto de colectivo más barato en esa parte del país pasará a costar 25,20 pesos y el más caro, 32,29.
Pese al incremento anunciado después de dos años de congelamiento, los precios para viajar en el área urbana más gran del país aún están muy lejos de los que se abonan en las ciudades del Interior, como es el caso de Corrientes, donde el boleto plano cuesta 60 pesos desde enero de este año.
De esta manera, el boleto en la Capital correntina será a partir de primer día de agosto un 86,34 por ciento más caro que el pasaje de mayor valor en el Amba (32,29 pesos), que equivale a un viaje de más de 27 kilómetros.
Si la comparación se realiza con el boleto más barato del Amba (25,20 pesos), que cubre una distancia de 0 a 3 kilómetos, subirse a un colectivo en Corrientes será un 138,1 por ciento más caro.
La enorme diferencia en los precios se debe a los subsidios otorgados para el transporte de pasajeros por el Gobierno nacional, que se centran principalmente en la Capital Federal y los municipios bonaerenses que la rodean.
La decisión de Nación de acelerar el anuncio del aumento del boleto se da en el marco de una medida de las cámaras empresarias del transporte público del Amba, que en los últimos días redijeron al 50 por ciento los servicio por un el atraso en el pago de los subsidios.
Por su parte, la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap), que nuclea a las compañías del Interior del país, viene reclamando en los últimos meses por la disparidad en la distribución de los subsidios al transporte público de pasajeros, ya que hay una diferencia de casi 20 mil millones de pesos entre lo que se destina para el Amba y las provincias del interior