Quién se acuerda de la última vez que vio un bichito de luz? Esta es una pregunta que muchas personas alrededor del mundo comenzaron a hacerse y la respuesta es preocupante. La mayoría no recuerda cuando fue y tampoco parece haberse dado cuenta de que estos animalitos están desapareciendo. El problema, es otra vez, la acción humana y según advierten los especialistas, si no se toman medidas urgentes, podría ser el fin para este pequeño ser que para muchos ya es sólo un recuerdo de la infancia.
También conocido como luciérnaga o isondú en la región, los especialistas coinciden en que hay alrededor de 2.000 especies de estos insectos alrededor del mundo. Pero la amenaza de extinción es la misma para todos.
La prestigiosa revista científica BioScience, publicada por la Universidad de Oxford advirtió de este grave problema hace ya dos años. En ese entonces, fue con un artículo de investigadores de la Universidad de Tufts (Estados Unidos) en el que daban cuenta del delicado estado de conservación de las poblaciones de luciérnagas en el mundo.
Los problemas que las afectan, son los mismos en todas partes: la pérdida de sus hábitats, la contaminación lumínica producto de la expansión de las poblaciones y el uso frecuente de pesticidas. Ahora, en Argentina y la región del Nordeste, se sumó otra gran complicación que son los incendios forestales y el humo.
Con esta grave situación, son pocos los especialistas que se dedican a estudiar especificamente a estos insectos. Pero en las redes sociales, los aficionados abundan y algunos ya comenzaron a plantear la disminución de las poblaciones de bichitos de luz como un problema del que ocuparse de forma urgente.
En grupos de Facebook, como Mariposas y Polillas Argentina, de acceso público, varias personas consultaron sobre cómo ayudar a los bichitos de luz. Y los aficionados coincidieron en mencionar que mantener el césped en los patios y disminuir el uso de las luces, porque necesitan la oscuridad para encontrar a parejas y poder reproducirse.
Son muchas cosas por hacer, pero tomar conciencia de que están desapareciendo, es un paso en el camino hacia su conservación.
Necesitan más oscuridad
Sara Lewis, investigadora principal y profesora de biología en la Universidad de Tufts, explicaba en su artículo sobre la desaparición de las luciérnagas, los estragos que causa la contaminación lumínica.
Las luces artificiales son responsables directas de que esté disminuyendo el número y la diversidad de insectos. Por la noche, nuestro planeta emite casi un cuarto de la luz que recibiría del Sol. Esta es una de las razones por las que los científicos llaman a este problema «el apocalipsis silencioso».
Las luciérnagas son particularmente vulnerables a la contaminación lumínica, quizás más que cualquier otro grupo de insectos. Ellas utilizan su luz para encontrar pareja y aparearse, por lo que iluminar la noche con luz artificial causa estragos en la vida amorosa de los insectos.
Curiosidades para conocerlos mejor
La revista especializada en ciencia, Nathional Gegraphic explica en detalle algunas cuestiones para conocer mejor a estos curiosos insectos. En primer lugar, que son en realidad escarabajos, miembros noctámbulos de la familia de los lampíridos.
También que les encanta la humedad y por ello se encuentran a menudo en regiones húmedas de Asia y del continente americano. En zonas más secas, se pueden encontrar en las proximidades de áreas húmedas o pantanosas que retienen la humedad.
Sobre su luz tan característica, detallan que estos animalitos tienen órganos lumínicos especiales situados bajo el abdomen. «Cuando absorben oxígeno, éste se combina dentro de las células especiales con una sustancia llamada luciferina y reacciona produciendo luz sin apenas generar calor», explican.
Además, la luz de la luciérnaga es por lo general intermitente, y brilla de un modo específico en cada especie. Cada forma de brillar es una señal óptica que ayuda a las luciérnagas a encontrar posibles parejas. Los científicos no saben exactamente cómo regulan los insectos el proceso de encender y apagar su luz.
Algunos aventurajn que esta luz de la luciérnaga podría servir además como mecanismo de defensa, al emitir una señal clara de que el insecto no es un bocado apetitoso. El hecho de que incluso las larvas sean luminiscentes parece apoyar esta teoría.
Las hembras depositan sus huevos en la tierra, y allí es donde las larvas se desarrollan hasta la fase adulta. Las larvas se alimentan bajo tierra de gusanos y babosas, a las que entumecen inyectándoles un fluido paralizante.
Por útlimo, que los adultos se abstienen de comer estas presas. Se alimentan de néctar o polen, aunque algunos adultos no ingieren alimento alguno.
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