En este último tiempo, casos de acoso escolar o Bullying se propagaron en redes sociales. Los ataques sean en forma de violencia emocional o verbal no son fáciles de erradicar en los establecimientos educativos.
Este año, algunos de los casos más detonantes fueron: «Le pegan por ser pobre», ocurrido en marzo con un menor de 10 años en Gobernador Virasoro; y otro, «llegó a su casa con la mano rota», la de un adolescente de Paso Pesoa, Riachuelo, en junio.
«Es un tema que se generaliza o que se está generalizando en los colegios», advirtió a EL LIBERTADOR la directora de la Dirección de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo (Disepa), Julia Sáez, quien puntualizó que el ambiente educativo «es uno de los escenarios y no puede dejar de ser una caja de resonancia de todo lo que sucede en las redes sociales, en la casa o en otro lugar».
Señaló que últimamente los adultos comenzaron a «escuchar», sobre todo los docentes y padres, y dejan de tolerar ciertas conductas. «Esto tiene que ver también con la pos pandemia; eran muchas situaciones que venían como provocándose a través de las redes sociales, del Whatsapp, donde se generaban ciertas discusiones y, a veces, hasta acosos entre pares», describió.
La especialista en Psicopedagogía enfatizó que «lo más importante acá es escuchar a los chicos; ellos, en algún momento pedirán ayuda y hay que estar atentos a esas circunstancias, tanto la familia como los docentes». Y subrayó que la actitud fundamental «es escucharlo, y prevenir estas situaciones. Más allá que tengamos que terminar un contenido curricular, esas cosas son muy importante dentro del establecimiento».
UN DRAMA QUE
SE MINIMIZA
Por otra parte, la funcionaria describió que los menores presentan diferentes síntomas cuando sufren Bullying. «A veces tienen que ver con aislarse, quedarse en la casa o tener dolores para no asistir a la escuela, porque no tienen las herramientas para enfrentar todos los días esa misma situación».
Respecto al grave problema advirtió que en ciertas circunstancias en las familias o en la comunidad educativa se lo minimiza y frente a lo que «no están pudiendo resolver, en verdad es que no estamos abordando el tema», cuestionó. En ese sentido, expuso que los equipos técnicos que dispone la Provincia «lo pueden hacer, pero siempre necesitamos tanto el acompañamiento de la familia como de los docentes. No es fácil -admitió-, ellos tienen entre 30 ó 40 alumnos; no es fácil mirarlos a cada uno, pero seguramente hay uno pidiendo ayuda».
ABORDAJE
La Disepa trabaja en la capacitación e información en las localidades. «Estamos trabajando muchísimo en todas las escuelas con los alumnos mediadores», informó, sin dejar de reconocer sin embargo que «son muchísimas las instituciones» a alcanzar.
Respeto a los alumnos mediadores, a cargo de intervenir en los casos de acoso escolar, dijo que «estos chicos desempeñan un rol muy importante en el colegio. Asumen con responsabilidad el rol de Mediador y tratan de resolver esos conflictos, ya que entre ellos la comunicación es mucho mejor que con los adultos», y «estos alumnos que median ante estas situaciones, siempre previenen hechos de violencia».
¿Cómo se reinserta a las víctimas?
Cuando un menor sufre acoso escolar, en la mayoría presenta síntomas para aislarse y no asistir a la escuela. En este sentido, Sáez comentó cómo es la labor para reinsertar nuevamente a la víctima de Bullying. «Se trabaja con el grupo, con todo el aula, y sobre el tema. Y se empieza a poner en palabra estos actos o acciones que están, y de ahí se va abordando», comentó y agregó: «Entonces empezamos a respetar al otro, a aceptarlo que es diferente o creemos que no tiene, pero que es parte del grupo». Asimismo, acentuó que los adultos no entienden sobre el tema, pero que debería ser hablado para generar «sensaciones».
MEDIDA EXTREMA
Ante un caso, se presenta la posibilidad de realizar un cambio de establecimiento para los menores por parte de los padres. Para la directora de la Disepa es «una medida extrema, pero tiene como una mejor consecuencia porque la víctima se siente con más seguridad en otro colegio», dijo. Sin embargo, explicó que «hay que seguir trabajando con el estudiante, no dejarlo otra vez solo y que él pueda resolver. Hay que preparar eso, a todos, siempre mejorar porque siempre hay una persona que funciona como más introvertida, más frágil y eso hay que fortalecerlo».
Distintas formas de generar daño
Día a día, en una institución educativa pueden existir distintas formas de acoso. Los mismos se categorizan en forma de violencia, emocional, verbal y vía Internet.
«El otro día me contaban, por ejemplo, una manera de hacer Bullyng. Por un lado, te ignoran en los grupos y eso les afecta mucho a los chicos porque no tienen las herramientas; y otra es cuando se hacen imágenes de sticker», explicó la directora de la Disepa, Julia Sáez.
«Por ahí los adultos no estamos sabiendo por qué sucede esto y creemos que para ellos eso no les afecta o no te tendría que afectar, pero realmente los conmueve muchísimo», aclaró.
En este sentido, aseguró que es importante el fortalecimiento de los jóvenes, y el trabajo de los tutores. «Fortalecer su autoestima, a ellos personalmente, y todo esto tiene que ver con la educación emocional. En las escuelas deben ser escuchados, y saber que hay un espacio donde se hable de esto».
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